“Los Estados miembros cuya moneda es el euro podrán establecer un mecanismo de estabilidad que será activado si fuera indispensable para salvaguardar la estabilidad de la zona euro en su conjunto. La concesión de cualquier petición de ayuda financiera bajo el mecanismo estará sujeta a estrictas condiciones”.
Así reza el párrafo añadido al artículo 136 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, reformado por la vía simplificada, por el que se crea un mecanismo de estabilidad o fondo de rescate para los países del euro que estén en riesgo de sufrir un colapso financiero, como ha venido sucediendo a lo largo de 2010. Dicho dispositivo de seguridad estará operativo a partir del 1 de enero de 2013.
Las características de este fondo de rescate también han sido debatidas por los líderes europeos y ahora tendrán que ser desarrolladas. Otra de las medidas adoptadas es la ampliación de capital del Banco Central Europeo (BCE) para disponer de más fondos para afrontar la crisis de la deuda soberana que afecta a determinados países de la eurozona. El capital del BCE pasa de 5.760 a 10.760 millones de euros.
¿Son pasos decisivos para el refuerzo de un sistema de gobierno económico de la Unión? Son sin duda medidas para reforzar la estabilidad del euro y los países que lo integran, en especial los de la periferia. Sin embargo, lo que acabaría si no con todos los males sí con la raíz del problema, sería que los países del euro dispusiesen de una política económica común, no sólo de una moneda común.
Disposiciones como el denominado semestre europeo o la nueva arquitectura europea de supervisión de riesgos sistémicos son pasos en dicho sentido. No obstante, el camino es largo y la necesidad, perentoria, como reconoce el Consejo Europeo, que pide la “aceleración del trabajo en torno a las propuestas legislativas sobre gobernanza económica en base a las recomendaciones del denominado Grupo Especial, manteniendo el nivel de ambición alto”.
Para más información:
Luis Martí, «Perturbaciones asimétricas en una Unión monetaria». Economía Exterior núm. 54, otoño 2010.
Fernando Barciela, «La crisis que pudo no haber ocurrido». Economía Exterior núm. 54, otoño 2010.