Chipre necesita fondos para recapitalizar su sistema bancario, tras la negativa del Banco Central Europeo (BCE) a seguir inyectado liquidez a las entidades no solventes del país. Si no recibe dinero, el sistema bancario de la isla se irá a pique. Los depósitos de los bancos (el 20% en manos de rusos), de 70.5000 millones, son cinco veces la economía de la isla, con un millón de habitantes y cuyo PIB no llega al 0,2% del de la UE.
El rescate a la banca chipriota acordado por el Eurogrupo suma 17.000 millones de euros, exactamente el PIB del país. La UE pondría 10.000 millones; el gobierno chipriota, los 7.000 millones restantes. El plan inicial, rechazado por el Parlamento chipriota, exigía que 5.800 de esos 7.000 millones proviniesen de depósitos bancarios chipriotas, mediante una tasa confiscatoria del 6,7% para los depósitos entre los 20.000 y los 100.000 euros y del 9,9% para los depósitos de más de 100.000 euros.
Si el plan hubiese salido adelante, ello habría provocado una huida masiva de depósitos de la isla y, probablemente, también en otros países de la periferia europea acosados por la crisis de la deuda. El plan ignoraba los numerosos antecedentes históricos de crisis financieras provocadas por pánicos bancarios y fugas masivas de depósitos. Por el momento, nadie ha querido asumir la paternidad del plan. A la incompetencia demostrada en esta última crisis hay que sumar, además, que la UE no respetó sus propias normas, que garantizan los depósitos por debajo de los 100.000 euros.
En estos momentos, un plan B está en gestación. El tiempo escasea. El BCE mantendrá el nivel actual de la Provisión Urgente de Liquidez (ELA, en sus siglas en inglés) hasta el 25 de marzo. A partir del lunes, la inyección de liquidez a los bancos solo continuará si hay un acuerdo sobre el rescate que permita recapitalizarlos. Si no, el BCE cerrará el grifo y Chipre entraría en bancarrota.
Con independencia de que se evite la quiebra, el modelo chipriota ha quedado en cuestión. Un modelo basado en turismo, bajos impuestos y bancos permisivos con capitales de origen dudoso, estrechamente ligado a la economía griega, sumida en la depresión. Y más allá del modelo chipriota, la enésima crisis ha puesto a la UE y sus modos de actuación una vez más en entredicho.
Muchos comentaristas han mostrado su asombro ante la falta de reacciones negativas por parte de los mercados. ¿Acaso no es grave la crisis crisis chipriota? La explicación más plausible, según Nicolas Verón, de Bruegel, es que los inversores siguen impresionados por las declaraciones de apoyo al proyecto del euro, del tipo “haremos todo lo que esté en nuestra mano y, créanme, será suficiente”, lanzadas por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente del BCE, Mario Draghi. Los inversores asumen que, tras todo el revuelo, aparecerá una solución en el último minuto, como ha venido sucediendo. Aunque Verón añade, no obstante, que “los observadores experimentados del mediterráneo oriental están más sombríos, pues recuerdan que esta es una región donde individuos, grupos y naciones no siempre hacen lo que más les conviene”.
Para más información:
Nicolas Verón, “Europe’s Cyprus Blunder and Its Consequences”. Bruegel, marzo 2013.
Xavier Vidal-Folch, “Son los ministros los que violan la ley”. El País, marzo 2013.
Política Exterior, “Chipre toma el mando de la Unión Europea”. Artículo, junio 2012.