El último Consejo Europeo del año 2010, celebrado en Bruselas el 16 y el 17 de diciembre, girará en torno a un asunto de vida o muerte para la Unión: la crisis de la eurozona. Los líderes europeos debaten cómo dotar de estabilidad a la moneda única, que tras cumplir diez años ve como se queda peligrosamente sin oxígeno.
Este año ha sido un año crítico para el devenir de Europa y la respuesta por parte de sus líderes, como ha sucedido a lo largo de esta primera década del siglo XXI, no ha sido del todo satisfactoria. La crisis de deuda soberana que estalló en la pasada primavera estuvo a punto de llevarse a un país entero, Grecia, por delante, lo que hubiese tenido consecuencias imprevisibles para el resto de países del euro. Grecia fue rescatada mediante la creación de un mecanismo de asistencia financiera, inédito en la Unión, de hasta 750.000 millones, pese a las reticencias iniciales de Alemania, que retrasaron toda la operación.
En otoño le tocó el turno a Irlanda, que tuvo que ser también rescatada con una línea de crédito que rondaba los 80.000 millones para reestructurar su sistema financiero y calmar las aguas en el mercado de la deuda. Estos eventos han demostrado, como señala el European Council on Foreign Relations en su último informe, que el sistema de gobernanza económica de la eurozona fue diseñado para navegar con buen tiempo. En cuanto ha arreciado la tormenta, en forma de crisis de la deuda soberana, el barco ha estado a punto de irse a pique.
Sacudida por la crisis económica y financiera, la Unión Europea no ha podido ejercer el papel de actor global que el Tratado de Lisboa, en vigor desde diciembre de 2009, facilitaba. Las sucesivas tormentas provocadas por la falta de un sistema eficaz de gobernanza económica ha ensombrecido la puesta en marcha de un tratado que dota de medios a los europeos para ejercer una política exterior más coordinada y eficaz.
Con más pena que gloria, el Servicio Europeo de Acción Exterior empezó a rodar de forma oficial el 1 de diciembre de 2010. A la espera de que la Unión Europea ponga las finanzas de la casa en orden, el servicio diplomático que se espera sea el mayor del mundo, lento pero seguro toma posiciones. Aún queda esperanza.
Para más información:
Jochen Thies, «UE: instantánea internacional en tiempos de crisis». Política Exterior núm. 138, noviembre-diciembre 2010.
Ulrike Guérot, «‘El rapto de Europa’: la crisis desde Alemania». Política Exterior núm. 136, julio-agosto 2010.
Soledad Becerril, «España, al frente de la UE. La presidencia de la crisis». Política Exterior núm. 135, mayo-junio 2010.