En 2020, Emiratos Árabes Unidos normalizó sus relaciones con Israel. EAU y Bahréin se convirtieron en los primeros Estados árabes en establecer lazos diplomáticos formales con Israel desde que Egipto y Jordania firmaran tratados de paz con el Estado judío en 1979 y 1994, respectivamente. Los Acuerdos de Abraham –como se conoce al acuerdo de normalización de 2020– situaron a EAU como un socio cercano de Israel que, en principio, podía utilizar su proximidad, los nuevos canales de comunicación y la buena voluntad para ejercer cierta influencia sobre el país. En su momento, los dirigentes emiratíes sugirieron que el acuerdo les permitiría impulsar una solución justa al conflicto palestino-israelí, aunque ese nunca fue el principal motivo de Abu Dhabi para firmar unos acuerdos que apenas generaron cambios en las políticas de Israel.
Los acuerdos aportaron a EAU capital político en Washington, una mejor imagen en Occidente, un aumento del comercio y nuevos suministros de armas. Desde la perspectiva de Abu Dhabi, también contribuyeron a la seguridad regional, pero los costes de un acuerdo hecho a expensas de los palestinos han aumentado en el transcurso de la guerra de Gaza. Los acuerdos plantean ahora un dilema a los dirigentes emiratíes, que se enfrentan tanto a la ira en Oriente Medio –provocando incluso el acoso de ciudadanos emiratíes que viajaban por la región– como a la frustración dentro de los propios emiratos por el silencio percibido del gobierno ante la destrucción de Gaza y la insistencia en mantener los lazos con Israel. El aumento de las tensiones en Oriente Medio también pone en peligro el objetivo proclamado por EAU de paz e interconectividad en la región.
Los Acuerdos de Abraham otorgan a EAU cierta influencia a la hora de manifestar su descontento con la política israelí en Gaza y elevar los costes de su campaña militar para Israel. Aunque nada hace pensar que Abu Dhabi vaya a llegar al extremo de retirarse del acuerdo de normalización, podría, por ejemplo, suspender el comercio con Israel, como ha hecho Bahréin. Esto no alteraría mucho los cálculos de Israel, pero podría aumentar la presión internacional para que se ponga fin a la guerra y evitar algunas de las críticas a las que se enfrenta Abu Dhabi. Hasta ahora, los dirigentes emiratíes no han dado muestras de querer debilitar o poner en peligro los acuerdos, pues creen que los beneficios estratégicos del acuerdo superan los costes. La cuestión es si ese cálculo se mantendrá si la guerra continúa y sigue aumentando la presión.
Los Acuerdos de Abraham
EAU firmó los Acuerdos de Abraham en septiembre de 2020 junto a Bahréin. Marruecos y Sudán también firmaron acuerdos con Israel en octubre y diciembre de 2020, respectivamente. Los Estados del Golfo llevaban años colaborando con Tel Aviv en cuestiones de comercio y seguridad, sobre todo entre bastidores, aunque Omán y Qatar abrieron oficinas comerciales israelíes en 1996 (que cerraron en 2000). En los cinco años que precedieron a los acuerdos, los dirigentes emiratíes e israelíes se reunieron en secreto en varias ocasiones para hablar de la seguridad regional, la amenaza que supone Irán para sus intereses y la posible cooperación militar. En 2015, Israel abrió su primera misión diplomática en Abu Dhabi, vinculada a la Agencia Internacional de Energías Renovables, y tres años después los Emiratos acogieron conversaciones entre Israel y Turquía para restablecer los lazos bilaterales.
«Las élites emiratíes presentan los Acuerdos de Abraham como un paso hacia un Oriente Medio más armonioso, con los EAU en su centro»
Las élites emiratíes presentan los Acuerdos de Abraham como un paso hacia un Oriente Medio más armonioso, con los EAU en su centro. EAU pretende fomentar la integración regional y lograr lo que denomina su enfoque de “sin problemas en el vecindario”. Esta iniciativa no ha resuelto todas las fricciones que Abu Dhabi mantiene en sus relaciones con otras capitales regionales, pero ha supuesto un esfuerzo por rebajar las tensiones con Qatar, Siria y Turquía, al tiempo que se estrechan lazos con Israel e Irán. Los acuerdos “cambiarían la narrativa y harían posible la coexistencia” en palabras de un funcionario emiratí. Impulsar el comercio, reforzar los vínculos con Washington, que bajo el mandato del expresidente Donald Trump había presionado mucho a favor del acuerdo, y entablar nuevas relaciones con Israel formaban parte de los atractivos. En opinión de los líderes emiratíes, estos beneficios ayudarían a consolidar una región más pacífica e interconectada. Y lo que es más importante, EAU también envió un mensaje claro a Estados Unidos de que era un socio regional fiable y a largo plazo, lo que resultó clave para desbloquear la venta de sistemas avanzados de armamento y aeronaves.
Los dirigentes emiratíes no firmaron los acuerdos principalmente para promover una solución de dos Estados o ayudar a la causa nacional palestina, aunque citaron estos objetivos como justificación adicional. Sin embargo, desde el principio no estaba claro qué precio podrían exigir a Israel en el frente palestino ni cuánto esfuerzo haría Abu Dhabi para conseguirlo. Los dirigentes emiratíes afirmaron que habían persuadido al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para que no cumpliera su amenaza de anexionarse formalmente Cisjordania a principios de 2020, pero Israel afirmó que se había limitado a dejar en suspenso la medida, mientras proseguía con su anexión de facto del territorio mediante la construcción de más asentamientos. En 2023, el embajador emiratí en Estados Unidos, Yousef Al Otaiba, que había encabezado las conversaciones de normalización, admitió que Israel sólo había acordado una pausa en la anexión de Cisjordania, contradiciendo así una declaración anterior en la que había afirmado que la firma de los acuerdos “detenía inmediatamente la anexión”. Funcionarios palestinos criticaron a EAU por no haber conseguido un compromiso vinculante de Israel y haber contribuido a normalizar la anexión de facto.
La reacción de Gaza
Las críticas a los acuerdos han arreciado durante la guerra de Israel en Gaza. En entrevistas con Crisis Group y medios de comunicación, emiratíes y otros líderes de opinión árabes señalan que los dirigentes de los países que han normalizado sus relaciones con Israel, incluido EAU, creen que la cuestión palestina puede eludirse en las relaciones árabe-israelíes, al tiempo que subrayan su poca visión.
Desde el 7 de octubre, la imagen de EAU ha empeorado en toda la región. Una encuesta realizada en enero de 2024 por el Centro Árabe de Washington DC reveló que el 67% de los encuestados en dieciséis países de habla árabe consideraban que el enfoque emiratí de la guerra de Gaza era malo o muy malo. El creciente sentimiento antiemiratí en la región plantea problemas a un Estado preocupado por su imagen. El gobierno está preocupado por los informes de acoso e insultos a ciudadanos emiratíes cuando viajan a otras partes de Oriente Medio debido a la relación de EAU con Israel.
Por si la reacción regional no fuera suficientemente preocupante para los dirigentes emiratíes, éstos también se enfrentan a la frustración por los acuerdos de normalización en su propio país. Destacados emiratíes que en su día respaldaron el acuerdo afirman que ya no apoyan la relación. “Israel avergonzó a los signatarios [de los acuerdos]. Netanyahu no congeló los asentamientos, como había prometido. A Israel simplemente no le importa, y ahora hay una reacción violenta en la opinión pública”, explicó un analista emiratí. El descontento con el enfoque de EAU está llegando a un punto de ebullición, convirtiéndose en tema de debate en las redes sociales, durante las oraciones del viernes y en las cenas. El Estado emiratí ha confiado tradicionalmente en su capacidad para gestionar los brotes de descontento interno sin depender de los canales de representación democrática, pero a medida que la guerra se prolonga, puede sentirse presionado para hacer más por apaciguar a la opinión pública.
La guerra ha planteado otros retos a los dirigentes emiratíes. Entre los principales objetivos estratégicos de Abu Dhabi está la estabilidad regional y la mejora de la “conectividad” interregional, es decir, los vínculos con África, Oriente Medio y Asia. Aunque las propias políticas de los EAU no siempre favorecen esos objetivos (por ejemplo, Abu Dhabi es ampliamente acusado de alimentar la guerra civil de Sudán), los dirigentes emiratíes aspiran claramente a ampliar los lazos comerciales, y a que los EAU sirvan de centro comercial y logístico. La violencia cíclica en Israel-Palestina que se extiende a través de las fronteras supone un obstáculo para tales ambiciones. Los ataques de los militantes hutíes de Yemen contra la navegación en el Mar Rojo son ejemplos de este dañino contagio. “Esta guerra y el riesgo de escalada afectan a nuestra agenda de conectividad”, afirmó un experto en seguridad emiratí.
«No abandonamos a los palestinos. Las relaciones con Israel nos permitieron movilizarnos y proporcionar ayuda humanitaria rápidamente»
Los dirigentes emiratíes siguen defendiendo la relación con Israel, argumentando que les permite prestar ayuda a las personas necesitadas. Un empresario emiratí declaró a Crisis Group: “No abandonamos a los palestinos. Las relaciones con Israel nos permitieron movilizarnos y proporcionar ayuda humanitaria rápidamente”. Una semana después del inicio de la guerra, EAU envió un avión con suministros médicos a Al Arish, en la península egipcia del Sinaí, y destinó más de 34 millones de dólares a ayuda para Gaza. En los últimos seis meses, el país ha evacuado a niños para que reciban atención médica y ha construido un hospital de campaña y otro marítimo, así como una planta desalinizadora para paliar la escasez de agua en la franja. Cuando los donantes occidentales suspendieron la financiación de la URNWA por la presunta implicación de doce empleados en el atentado de Hamás, Abu Dhabi redobló su propia contribución al organismo. EAU cree que la línea directa que tienen con Israel, gracias a los Acuerdos de Abraham, ha sido útil: “Hemos utilizado la normalización, aprovechando nuestra relación con Israel, para ayudar a aliviar la situación humanitaria”, dijo un funcionario emiratí a Crisis Group, indicando que este logro es suficiente por ahora. Pero el ataque israelí contra la World Central Kitchen –un socio emiratí en Gaza– el 2 de abril demostró que los acuerdos hicieron poco para proteger los esfuerzos humanitarios emiratíes.
EAU también cree que su relación formal con Israel los sitúa en una posición fuerte para contribuir a la reconstrucción de posguerra en Gaza y a los esfuerzos por resolver el conflicto a largo plazo. Abu Dhabi ha dejado claro que ayudaría a financiar la reconstrucción si existe un “plan viable de solución de dos Estados”. Los partidarios de mantener la relación afirman que no se trata de una “normalización moral”, sino, como dijo un académico emiratí, de una forma de garantizar que Israel “se vea a sí mismo conectado con el resto de la región”. En opinión de los EAU, al establecer relaciones más sólidas con los países árabes de la región, Israel se sentirá menos amenazado y, en consecuencia, estará más dispuesto a abordar la cuestión palestina de forma que ofrezca una solución duradera al conflicto.
Sin embargo, a falta de un camino hacia la creación de un Estado palestino o, al menos, del fin de la guerra en Gaza, la reacción violenta podría intensificarse, haciendo más difícil mantener la relación con Israel.
¿Mayor influencia?
Los acuerdos han dado lugar a lazos cada vez mayores y más diversos entre EAU e Israel. Muchos describen ahora a los EAU como el principal salvavidas de Israel en el mundo árabe. La aerolínea nacional emiratí es una de las pocas de Oriente Medio que ofrece vuelos directos a Tel Aviv, y Abu Dhabi creó una ruta terrestre desde EAU a Israel para ayudarle a recuperar las pérdidas comerciales derivadas de los ataques de los hutíes a la navegación comercial en el Mar Rojo y el Golfo de Adén. Los lazos en finanzas, agricultura, energía y tecnología han crecido a un ritmo acelerado desde 2020, convirtiendo a EAU en el segundo mayor socio comercial de Israel en Oriente Medio, después de Turquía.
Los dos países se han esforzado también por crear un entorno favorable a la inversión mutua. Sus bancos centrales tienen un acuerdo de cooperación, mientras que un Acuerdo Integral de Asociación Económica permite a las empresas emiratíes hacer negocios en Israel y viceversa. Este pacto, unido a un acuerdo de exención de visados, el primero y único entre Israel y un Estado árabe, ha atraído a inversores israelíes al Estado del Golfo. En 2023, 1.000 empresas israelíes operaban en EAU. En la mayor operación comercial realizada hasta la fecha, el fondo soberano emiratí adquirió una participación del 22% en el yacimiento de gas israelí de Tamar, en el mar Mediterráneo, por 1.000 millones de dólares. EAU es también una importante fuente de inversión en empresas tecnológicas israelíes. La empresa tecnológica G42, con sede en Abu Dhabi y presidida por el asesor de seguridad nacional de EAU, Tahnoun bin Zayed Al Nahyan, abrió su primera oficina internacional en Israel. En medio de la guerra de Gaza y mientras la economía israelí se resiente –se contrajo casi un 20% en el último trimestre de 2023–, este salvavidas comercial se ha vuelto crucial.
EAU e Israel también realizan maniobras navales conjuntas y coproducen nuevos sistemas de armamento. Israel también ha vendido armas a EAU, incluidos sistemas avanzados de defensa antiaérea. En 2021, Israel Aerospace Industries y el EDGE Group de EAU (un conglomerado emiratí de defensa y tecnología) lanzaron un proyecto para desarrollar tanques no tripulados. Poco después, en 2022, Israel vendió a los EAU interceptores móviles SPYDER, fabricados por Rafael, para protegerlos de los ataques de drones, después de que tanto el aeropuerto de Abu Dhabi como una instalación de la Abu Dhabi National Oil Company (ADNOC) fueran atacados por los hutíes en enero, resultando en tres muertos. EAU e Israel también comparten una visión de la importancia de un compromiso continuo y profundo de Estados Unidos en Oriente Medio. De hecho, en 2021, Israel pasó del Mando Central Europeo de Estados Unidos al Mando Central de Estados Unidos, lo que proporcionó una plataforma y una mayor coordinación entre Estados Unidos, Israel y los países árabes del Golfo.
Aprovechar el potencial
Los EAU conceden una importancia considerable a la relación con Israel y serían reacios a ponerla en peligro exigiendo concesiones importantes en la causa palestina, sobre todo porque es poco probable que la presión emiratí por sí sola cambie mucho los cálculos de Israel. Aun así, la prolongación de la guerra de Gaza puede impedir que los Emiratos disfruten de las ventajas que en teoría aportan los Acuerdos de Abraham o que persigan su visión de un Oriente Medio interconectado. El fuego cruzado entre Irán e Israel en abril puso de manifiesto estos dos puntos.
Los dirigentes emiratíes podrían tomar medidas que no lleguen a retirarse por completo del acuerdo de normalización, pero que aumentarían los costes para Israel de su campaña en Gaza. EAU podría, por ejemplo, tratar de estrechar o cortar los lazos comerciales que ofrecen a Israel siguiendo el ejemplo de Bahréin y Turquía. El sector privado emiratí ya muestra reticencias al comercio con Israel. “Los negocios se han ralentizado”, declaró un empresario emiratí a Crisis Group. La mayor parte del comercio con Israel se realiza a través de entidades respaldadas o propiedad del gobierno. Incluso allí, los signos de enfriamiento son cada vez más visibles. En marzo, ADNOC archivó las conversaciones para adquirir una participación del 50% en la israelí NewMed Energy, alegando la inestabilidad regional. La operación, valorada en 2.000 millones de dólares, habría sido el mayor acuerdo comercial entre EAU e Israel hasta la fecha. Abu Dhabi podría cerrar temporalmente la ruta terrestre que circunvala el Mar Rojo para hacer llegar los cargamentos a Israel, lo que estrangularía aún más la economía israelí, ya en dificultades en tiempos de guerra. También podría suspender los vuelos y poner en pausa el acuerdo de exención de visados, que permite a los israelíes entrar en los EAU sin visado. Estas medidas no prohibirían a los israelíes visitar EAU, pero lo dificultarían.
Estas medidas, en sí mismas, probablemente no cambiarían en gran medida los planes de Israel. Pero se sumarían a la presión internacional a la que se enfrenta Netanyahu para que ponga fin a la guerra, señalarían el descontento de Abu Dhabi por la campaña israelí en Gaza y evitarían algunas de las críticas a las que se enfrentan los dirigentes emiratíes, sin poner en peligro toda la relación entre ambos países, que es importante para ambos. Tarde o temprano, la presión a la que se enfrenta Abu Dhabi debido a la guerra podría llevarle a recalcular si sus lazos incondicionales con Israel merecen la pena.
Artículo traducido del inglés de la web de International Crisis Group.