En la nueva edición del Índice Elcano de Presencia Global se ha incorporado a Trinidad y Tobago en los cálculos, ocupando el puesto 107º de los 110 países incluidos en el ranking. Se trata del país de América Latina con menor presencia internacional, solo superando a nivel mundial a Siria, Yemen y Zimbabue. Esta posición resulta algo baja si tenemos en cuenta el tamaño de su economía. En términos de PIB, Trinidad y Tobago se encuentra en la posición 100º en 2017, superando a Honduras; mientras que con respecto a la población es el sexto país menos poblado de los incluidos en el índice, con menos de un millón y medio de habitantes.
La evolución de la presencia global de Trinidad y Tobago presenta una tendencia con un punto de inflexión: un crecimiento sostenido hasta 2014, y una reducción desde entonces, con la consiguiente pérdida de seis posiciones en el ranking. Esta tendencia está directamente vinculada con la evolución de su presencia económica, muy condicionada por el peso de las exportaciones energéticas.
La presencia internacional de Trinidad y Tobago es básicamente económica, aportando esta dimensión el 59,8% de su presencia global en 2017. De hecho, en el ranking de presencia económica ocupa la 99ª posición, por encima de El Salvador, con lo que se encuentra mejor situado que en términos de presencia global. La economía trinitense se caracteriza por la abundancia de recursos naturales fósiles como el petróleo o el gas natural, que permiten al país adoptar una orientación exportadora que le aporta un importante flujo de ingresos. La política estatal, en este sentido, ha consistido en el control de la única refinería de las islas, operada por la empresa pública Petrotrin, que también participa desde 2004 en todos los acuerdos de producción y exploración de empresas extranjeras en el territorio nacional. Petrotrin fue creada en 1993 a partir de la fusión de las antiguas compañías estatales, de forma que el Estado tomara un papel central en el control del proceso de extracción y refino de estos recursos naturales. Otros productos importantes para el comercio isleño, aunque en menor medida, son la caña de azúcar y sus productos derivados como el azúcar, la miel o el ron; el cacao, los cítricos y el café. En el sector manufacturero destacan productos químicos como alcoholes, o el hierro. Para tener una visión de la importancia del gas natural, el petróleo y los productos derivados, en 2016 supusieron conjuntamente el 46% de las exportaciones del país, según datos de Unctad. Cabe destacar el enorme crecimiento de las exportaciones de gas natural, que eran prácticamente inapreciables a finales de los años noventa y en la actualidad equivalen a una cuarta parte del total del valor de los productos exportados por el país.
Presencia económica de Trinidad y Tobago, 2017.
Fuente: http://www.globalpresence.realinstitutoelcano.org
La presencia económica de Trinidad y Tobago en 2017 se basa principalmente en la exportación de bienes energéticos (27%), destacando dentro de este grupo el gas natural y el petróleo y los productos derivados como los principales productos exportados. Sin embargo, la contribución de las exportaciones de energía se encuentra en niveles inferiores a los registrados años anteriores, suponiendo en 2017 casi la mitad que en 2014. Esto tiene que ver con la caída de precios del petróleo a partir de ese año, después del alza durante los años previos. Los siguientes indicadores serían las manufacturas (15,1%), que se muestran relevantes en el país, con relevancia de productos de la industria química y siderúrgica; y los servicios (13%), con un sector financiero en auge en los últimos años. Por su parte, los productos primarios (3,3%) y las inversiones (1,5%) son menos relevantes en la presencia exterior de Trinidad y Tobago.
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Presencia blanda de Trinidad y Tobago, 2017.
Fuente: http://www.globalpresence.realinstitutoelcano.org
La dimensión blanda completa el resto de la presencia global de Trinidad y Tobago, es decir, al 40,2% en 2017. Esto es así debido a que el país no cuenta con tropas desplegadas en otros países ni con equipamiento militar de proyección, por lo que dimensión militar no tiene relevancia en su proyección exterior.
Dentro de esta dimensión blanda destaca el peso del indicador de información (19,8%), teniendo en cuenta la difusión de Internet y la aparición en la prensa internacional, al ser señalado por la OCDE como el único país que no cumplía los estándares internacionales de transparencia. Seguido por los deportes (10,9%), la educación (2,8%) y el turismo (2,6%). Este último sector arroja resultados positivos en las islas, aunque sea menos importante que en otros países caribeños. El peso de los deportes en la proyección exterior de Trinidad y Tobago siempre ha destacado dentro de los indicadores de presencia blanda, aunque varía en función de las competiciones deportivas celebradas cada año. En 2017, por ejemplo, la selección de fútbol no logró clasificarse para el mundial de 2018 al quedar fuera en las eliminatorias.
En conclusión, Trinidad y Tobago es un país con escasa proyección internacional dado su pequeño tamaño y su economía volcada principalmente en la exportación de petróleo y gas natural, muy dependiente por tanto de la evolución de los precios internacionales. No obstante, el sector manufacturero y los servicios presentan una evolución interesante para el posicionamiento exterior del país, al igual que sucede con la industria turística. De la consagración de estos indicadores depende la evolución futura de la proyección exterior de la isla.