El 26 de septiembre de 2016 quedó fijado como el día en que el Estado colombiano y las FARC se comprometieron ante la comunidad internacional a poner fin a seis décadas de violencia. Sin embargo, el rechazo en plebiscito, también histórico, del 2 de octubre deja sin resolver un conflicto que ha influido, y seguirá influyendo, en la presencia de Colombia en el mundo.
Según el Índice Elcano de Presencia Global, Colombia ocupa el puesto 46 del ranking mundial, y el 6º en términos regionales. Es un puesto bajo en comparación con su peso en términos de PIB (30º mundial, 5º regional), aunque al mismo tiempo elevado en comparación con su importancia exportadora en el mundo (52º), lo que da indicios de un escaso tejido industrial y exportador. Y es que la presencia de Colombia está sustentada fundamentalmente en su dimensión económica (más del 55% de su presencia en 2015), debido, sobre todo, a las exportaciones de productos energéticos (39,9%) y, en mucha menor medida, los bienes primarios (8%).
Entre estos productos energéticos y primarios destacan el petróleo (primer producto de exportación de Colombia, 20º productor mundial), el carbón (2º y 5º, respectivamente) o el café (tercer productor mundial).
Dada esta concentración primario exportadora, no es de extrañar que la presencia de Colombia haya aumentado de la mano de la evolución de los precios internacionales de estas materias, y descienda con las mismas. Así, desde 2000 registra una paulatina ganancia de cuota mundial de presencia, que se acelera notablemente desde 2010, y comienza a descender en los últimos años, llegando incluso a registrar una pérdida de presencia en términos absolutos en 2015. Al descenso de los precios del petróleo se unen los problemas en el sector minero y cafetero, que han provocado cierta pérdida de importancia de la dimensión económica a favor de la presencia blanda.
Quizá sea esta dimensión blanda (que recoge indicadores como turismo, migraciones, educación o información, entre otras) la que se haya visto más afectada por el conflicto armado, y quizás, también, la más beneficiada de la resolución del mismo. Con todo, Colombia viene registrando un aumento de presencia blanda (pasa del 7º puesto en el ranking regional de esta dimensión al 4º en la actualidad), empujado en los últimos años por el aumento de menciones en la prensa internacional. No obstante, el bajo peso de esta dimensión y su reparto entre los indicadores dan muestra de un bajo nivel de diversificación que, junto con la concentración primario exportadora ya comentada, son característicos de países en desarrollo o algunos emergentes (en 2015 Colombia ocupa el puesto 97º en el ranking del Índice de Desarrollo Humano).
La paz puede traer cierta dinamización a esta dimensión, por ejemplo, en llegada de turistas y estudiantes, o revertiendo la dirección de los flujos migratorios. Incluso algunos informes apuntan a un impacto directo en términos de PIB. En cualquier caso, el resultado del referéndum coloca en una difícil situación la resolución del conflicto y se añade a los retos que Colombia, al igual que otros vecinos regionales, enfrenta en materia de inserción global y de desarrollo: la necesidad de diversificar su economía y mejorar las condiciones de vida de su población; fundamentalmente en las regiones rurales, sustrato de nacimiento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).
El Índice Elcano de Presencia Global calcula anualmente la proyección de 90 países fuera de sus fronteras en función de tres dimensiones: económica, militar y blanda. Explora el índice: