#DataméricaGlobal: México busca la hegemonía

Política Exterior, Real Instituto Elcano, Flacso España
 |  15 de noviembre de 2017

Ubicado en el puesto 23 del Índice Elcano de Presencia Global 2016, y en el segundo dentro de América Latina y el Caribe, México ha mostrado un crecimiento continuado de presencia global en los últimos años, con el que busca recuperar el liderazgo regional, desplazando a Brasil de la primera posición.

Se espera que México sea el país con mayor crecimiento económico en América Latina y el Caribe este 2017, con una cifra del 2,5% según el Estudio Económico de la CEPAL, colocándose al frente de Centroamérica, la región más dinámica del continente Latinoamericano, y dejando atrás al Caribe, cuyo crecimiento sería del 1,2%, y a Suramérica, con un 0,6%.

Sobre México, en primer lugar, habría que destacar su fuerte presencia económica (78,7% de su presencia global en 2016 y 20º puesto mundial en esta dimensión) en comparación al país con mayor presencia global en América Latina, Brasil (56,2% y 21º), sostenida principalmente por las exportaciones de manufacturas y bienes primarios, así como por el aumento de inversión extranjera directa fuera del territorio nacional.

Todo ello, pese a la disminución registrada en las exportaciones en América Latina con respecto al año anterior, de las cuales México y Centroamérica fueron los menos afectados (-2%), en comparación con Brasil (-3%) y el resto de Suramérica. Y ello gracias a la estructura productiva del país, ya que las principales caídas se presentaron en los mercados que favorecen a los bienes primarios, mientras que México sigue manteniendo un perfil de inserción externa protagonizado por las manufacturas y la industria tecnológica media y baja.

 

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A su vez, gran parte de la menor caída en las exportaciones mexicanas se debe a un factor importante: el paulatino acercamiento de este país con la economía de China, en vista del enfriamiento de las relaciones comerciales con Estados Unidos.

Es cierto que durante los primeros meses, la presidencia de Donald Trump generó niveles de volatilidad considerables, que llevaron a México a una devaluación histórica, al tiempo que crecía la incertidumbre sobre el futuro del comercio exterior. Una situación que ha obligado a nuevas aproximaciones comerciales no solo con China, sino también con Japón y otros miembros del Acuerdo Transpacífico (ATP) en América Latina como Chile y Perú. A medida que pasa el tiempo los países latinoamericanos y asiáticos contemplados en el tratado original buscan acercarse cada vez más mediante creación de cadenas de valor –nacionales e internacionales– que amplíen las exportaciones fuera de la región, al mismo tiempo que se busca fortalecer los vínculos ya existentes entre los tres países latinoamericanos. A pesar de la retirada de Estados Unidos del ATP, parece que los países firmantes se niegan a dejar morir el acuerdo.

Sin embargo, es importante recordar que EEUU siguen siendo el principal destino de las exportaciones mexicanas, impulsadas durante años por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ya que aproximadamente el 81% de las exportaciones mexicanas se dirigen a este mercado, lo que también contribuyó a la caída de las exportaciones en vista de las medidas proteccionistas que ha tomado recientemente EEUU.

 

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Asimismo, países centroamericanos como El Salvador (donde un 47% de las exportaciones se dirige al mercado estadounidense), Honduras (44%), Costa Rica (41%), Guatemala (36%) y Panamá (20%) mantienen altos niveles de exportación con EEUU, lo que ha motivado un paulatino replanteamiento de sus políticas de comercio exterior hacia otros países del continente.

Esto no significa que la incertidumbre respecto a EEUU haya terminado. Pero a medida que el volumen del comercio mundial va en aumento, y la estructura productiva mexicana sigue favoreciendo más a las manufacturas que a la exportación de materias primas, las posibilidades de abrirse a nuevos mercados como el asiático parecen ser cada vez más reales, permitiendo cierta diversificación geográfica de las exportaciones. Después de todo, México es el país en vías de desarrollo (excluyendo a China) con más exportaciones a nivel internacional, colocándose como el número 13 según datos de la Organización Mundial de Comercio, con un valor superior a los 380.000 millones de dólares.

Además, es importante destacar que México, junto a Colombia y Chile, fue el país de la región con más fusiones y adquisiciones de empresas en el extranjero este 2017, en especial en el sector de la construcción, lo que muestra la capacidad de su economía para diversificarse en materia de inversión extranjera directa, sobre todo dentro del continente.

Por supuesto, aún queda pendiente conocer los resultados finales de la actual renegociación del TLCAN, de la cual México puede salir perjudicado de incrementarse las restricciones comerciales. Además, podrían verse afectadas otras dimensiones de la presencia global mexicana, específicamente en lo que se refiere al poder blando en áreas como el turismo, la cultura, la educación y la migración.

 

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El desenvolvimiento de estos indicadores será fundamental en los años por venir para confirmar las aspiraciones mexicanas de liderar la proyección exterior de la región. Es cierto que la economía es un factor fundamental de la presencia global, pero la presencia blanda y militar no puede ser ignorada, y en ambos rubros México se encuentra en desventaja frente a Brasil.

Pero México es uno de los pocos países de América Latina que no ha perdido presencia global en los últimos años junto a Panamá, Costa Rica y República Dominicana, todos ellos vinculados al Mercado Común Centroamericano, el acuerdo comercial con mayores niveles de comercio intrarregional en el continente latinoamericano, con más de 9.000 millones de dólares según la Secretaría de Integración Económica Centroamericana. Pero al tener una presencia fundamentalmente económica y muy concentrada geográficamente, en un escenario que fácilmente puede complicarse en el plano internacional, puede revertirse la tendencia.

Por ahora sólo queda esperar que México haga una mejor combinación de sus factores para fortalecer su presencia blanda y militar, sin por ello minar lo conseguido en materia económica. Claro está que la diversificación de sus exportaciones, tanto sectorial como geográficamente, será clave en esta misión, así como estar pendiente de las señales provenientes de los mercados asiáticos, al mismo tiempo que incrementa su comercio intrarregional, primero con Centroamérica y posteriormente con los países de Suramérica. No obstante, esto será insuficiente para recuperar el liderazgo regional, a no ser que se acompañe incrementos en la presencia blanda y militar.

 

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