El periodo comprendido entre 2014 y 2017 no ha sido sencillo para América Latina, sobre todo en términos económicos, y todo parece indicar que este mal ciclo se alargará, por lo menos hasta finales del año en curso según los estudios más recientes de la CEPAL, la OCDE y el FMI.
A pesar del mejor desempeño de la economía mundial en 2017 y del mayor dinamismo comercial, la CEPAL pronostica un crecimiento promedio regional de 1,1% para el resto del año, uno de los más bajos a nivel internacional.
América Latina pierde dinamismo económico y presencia en el mundo, ubicándose en la retaguardia del Índice Elcano de Presencia Global, colocándose sólo por encima de África Subsahariana. Quizás uno de los efectos más claros, tanto de la perdida de presencia global de la región, como de su mal desempeño económico, se encuentre en la inversión extranjera directa (IED).
Gráfico 1. Ranking de presencia global por regiones, 2013 y 2016
Fuente: Índice Elcano de Presencia Global
En su informe La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2017, la CEPAL informó acerca del poco interés por parte de los inversionistas internacionales en la región. De esta forma, los problemas económicos han hecho que los flujos de inversión permanezcan dentro de los países cuyas economías se encuentran más desarrolladas, provocando que la entrada de IED haya caído en un 7,9% en 2016 con respecto al año anterior. Esta situación podría acarrear severas consecuencias para las economías latinoamericanas, ya que la IED ha sido históricamente uno de los componentes más estables de entrada de capital foráneo.
Sin embargo, y a pesar de la ligera mejoría con respecto a años anteriores de los precios internacionales de las materias primas, y de que países como Argentina y Colombia han llevado a cabo reformas e iniciado grandes proyectos de infraestructura, los inversionistas extranjeros parecen poco motivados a regresar de nuevo a la región.
Por otra parte, una situación similar es la vivida actualmente por los inversionistas y las grandes empresas transnacionales de la región, conocidas como “translatinas”, debido a que también reportan una reducción del 50% en los flujos de IED dirigida al exterior con respecto al 2015. Entre los casos más sobresalientes se encuentran Chile, con una reducción de 9,6 millones de dólares, seguido de México con 8.6 millones, y finalmente Brasil con 5,7 millones para el periodo 2016-2015.
Gráfico 2. Dimensión económica de México y Chile en 2016
Fuente: Índice Elcano de Presencia Global
Los bajos flujos de inversión podrían contribuir en el futuro a que los grandes países de América Latina, y por ende, la región en general, continúen perdiendo presencia global, sobre todo si se toma en consideración que la IED es uno de los componentes principales de la presencia económica (14,3%) de una zona fundamentalmente económica.
Siguiendo un comportamiento similar, el acervo de IED dentro de la región, tanto de translatinas como de transnacionales logró aumentar en un 12,8%. No obstante, la rentabilidad de las inversiones disminuyó considerablemente alcanzando su valor más bajo en los últimos 15 años, motivando que alrededor del 55% de las rentas saliera de América Latina con destino a sus países de origen, un fenómeno particularmente claro en aquellos países en donde la minería y la extracción de petróleo son actividades preponderantes, como en los casos de Bolivia y Perú, en donde se presentaron fuertes procesos de desinversión.
Por otra parte, el acervo de IED de las translatinas en el exterior de la región se mantiene sin mucha mejoría desde 2013, año en el que las inversiones de dichas empresas alcanzaron su punto más alto. Según el informe de la CEPAL, en el periodo comprendido entre 2005-2016, Brasil logró cuadriplicar su stock de inversión en el exterior, mientras que México consiguió triplicarlo. No obstante, durante los últimos años, esta fuerte dinámica se estancó.
Gráfico 3. Flujos de IED desde América Latina hacia el exterior (miles de millones de dólares
Fuente: La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2017
Parte del estancamiento se debe a la falta de dinamismo por parte de las translatinas en el mercado internacional, salvo en los casos de empresas mexicanas, colombianas y chilenas que durante 2016 lograron fusiones y adquisiciones de importancia. A decir verdad, México, a pesar de no mostrar muchas mejorías en su acervo de IED en el exterior, logró las tres más importantes adquisiciones transfronterizas en ese año en América Latina, la primera de ellas con un valor aproximado de $7 mil millones de dólares en España dentro del sector de la construcción.
No obstante, bajo los pronósticos de la CEPAL, el futuro de la IED translatina parece poco alentador, ya que desde 2014 los montos de inversión han ido disminuyendo. El caso más relevante ha sido el de Brasil, que pasó de tener uno de los sectores empresariales más activos en el extranjero a no contar con ninguna nueva adquisición o fusión dentro de la lista de las diez primeras de mayor impacto en el 2016 y, a pesar de que las empresas de dicho país han anunciado proyectos que apuntan a recuperar su lugar dentro de esta lista, los montos programados son inferiores a los de antes del 2013.
Asimismo cabe destacar que la IED se encuentra muy vinculada con las exportaciones de productos primarios (16%). Por ende, de no mejorar los precios internacionales, la rentabilidad de los activos y las inversiones de las empresas translatinas continuarán a la baja, lo que a su vez podría generar procesos de desinversión más pronunciados.
Es importante que en los años por venir América Latina recupere el dinamismo mostrado durante la primera década del siglo XXI, cuando se convirtió en uno de las zonas con más captación de IED, evitando caer en la dependencia de las exportaciones de productos primarios.
Las nuevas tendencias en la economía muestran como los inversionistas, tanto extranjeros como nacionales, parecen estar en busca de economías más diversificadas cuyos proyectos estén centrados en la producción de mercancías con alto valor agregado tecnológico, y con una perspectiva orientada hacia la sustentabilidad, es por ello que la CEPAL ha recomendado cambiar las estrategias vigentes para atraer inversionistas.
En este sentido, las translatinas parecen haber aprendido la lección, ya que desde 2011 las inversiones realizadas en I+D han ido en aumento, sobre todo en la industria automotriz y de telecomunicaciones, en donde países como México y Brasil comienzan a destacar notoriamente. Actualmente, la inversión en I+D translatina representa casi dos tercios del total, y se dirige principalmente a los Estados Unidos (34%), China (14%) y Alemania (6%).
Si América Latina pretende mejorar su presencia global, tendrá que trabajar en recuperar el terreno perdido en materia de inversión, a través de nuevas políticas públicas y fiscales que permitan el crecimiento de las translatinas, quienes tendrán que trabajar de manera coordinada para crear cadenas de valor.