Chile ocupa el puesto 34 dentro del ranking del Índice de Presencia Global Elcano en 2017, y el tercer puesto de toda América Latina y el Caribe tras rebasar a Argentina en 2014. Sin embargo, en los últimos años la situación económica ha impactado en la proyección internacional del país y reducido su cuota de presencia global.
Si bien es cierto que es un diagnóstico que se extiende a casi la totalidad de los países de la región –a excepción de México y Panamá–, en el caso de Chile se interrumpe una tendencia de fuerte crecimiento de la proyección exterior del país.
Esto se debe a que gran parte de su presencia global descansa en la dimensión económica (59,8%), la que a su vez depende de la exportación de bienes primarios (31,5%) como el cobre, el recurso natural más importante del país, el cual mantuvo precios bajos dentro de los mercados internacionales de 2012 a 2016, y que a pesar de ello ha reportado en promedio más de 80.000 millones de dólares anuales desde inicios de esta década.
Dicha situación también llevó a una caída de la inversión extranjera directa (IED) del 40,3% —una de las más pronunciadas en toda Latinoamérica— debido al poco interés que hubo en el mercado de cobre, y la subsiguiente caída de la inversión en Codelco, la empresa minera más importante de la nación, que en 2016 registró inversiones por poco más de 13.000 millones de dólares, las más bajas desde 2008.
Ahora bien, como emisor de IED, Chile se encuentra entre los principales países de la región junto a Brasil y México, con los que acumuló el 81% de la IED entre 2010 y 2016. No obstante, la reducción de los flujos de inversión hacia el extranjero también ha sido significativa, siendo Chile el segundo gran perdedor en esta área con una caída del 29% en el último año, según el informe de la CEPAL sobre la Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe.
Gráfico 2. Presencia económica de Chile, 2016
Siendo Chile un país que se proyecta al mundo fundamentalmente a través de la dimensión económica, los bajos precios del cobre –los cuales afectaron a la tasa de crecimiento del PIB, un 1,6% en 2016 cuando entre 2010 y 2013 se registraron cifras de hasta el 5,8%– son importantes para comprender su presencia global. La importancia del cobre en la proyección económica de Chile se aprecia en su escasa diversificación exportadora, ya que cerca del 50% de las exportaciones se encuentraban alrededor de este recurso en 2016, seguido de la exportación de frutas (9,1%) y pescados (6,8%) como el salmón, otro de los productos más representativos de su economía.
La concentración se hace más evidente cuando se compara el caso chileno con el de otras economías latinoamericanas monoexportadoras de productos primarios, pero que no presentan el mismo grado de concentración en torno a un solo producto. Son los casos de las economías argentina y brasileña con la soya (17% y 10% respectivamente), o de la economía ecuatoriana con el petróleo (31%) y la boliviana con el gas (29%).
Gráfico 3. Estructura exportadora de Chile, 2016
Fuente: Elaboración propia con datos UNCTAD
Dicha situación revela la enorme dependencia de la economía chilena con respecto al cobre, y a la fluctuación de sus precios en el mercado internacional. Por supuesto, el papel de la industria minera siempre ha sido fundamental, tanto para la inversión como para las exportaciones, pero si Chile aspira a mantener su lugar frente a Argentina, a la vez que acorta distancia con México, el cobre no será suficiente. Precisamente desde 2013, y acompañado por la caída de los precios del cobre, la economía chilena entró en un fuerte proceso de desaceleración económica, registrando una fuerte contracción de sus exportaciones y el desequilibrio de su balanza comercial. Y del mismo modo, las estimaciones más recientes apuntan hacia un repunte de más del 3% de su economía en 2018, en vista de la mejora en los precios internacionales del cobre, y el inicio de un nuevo ciclo de altos precios de materias primas.
Gráfico 4. Presencia global de Chile en 2010 y 2016
Pero en cuanto a lo económico, Chile aún tiene trabajo por delante si es que quiere dejar de depender de las fluctuaciones de los precios del cobre. Es importante recordar que Chile cuenta con una larga lista de socios comerciales, de hecho es el país con más acuerdos de libre comercio en toda la región, y en años recientes ha sido particularmente cercano a China, que es hoy su principal destino de exportación. Una situación que a priori podría representar una gran oportunidad para el país, ya que a medida que Chile acrecienta sus relaciones comerciales con los países del Pacífico, el Acuerdo Transpacífico podría volverse un activo invaluable, no solo para la economía chilena sino también para los otros miembros latinoamericanos.
Gráfico 5. Destino de las exportaciones chilenas en 1995 (% sobre total exportado) y variación 1995-2016 (puntos porcentuales)
Fuente: Elaboración propia con datos UNCTAD
Pero el interés del gigante asiático es precisamente el cobre chileno, ya que este país se encarga de adquirir casi el 65% del cobre chileno según el Atlas de Complejidad Económica. Así, una desagregación de las exportaciones con destino a China por sectores muestra un peso todavía mayor del cobre en los intercambios comerciales. Por tanto, este crecimiento comercial ha marcado aún más la tónica del modelo primario exportador chileno.
Gráfico 6. Estructura sectorial de las exportaciones de Chile con destino a China, 2016
Fuente: Elaboración propia con datos UNCTAD