Algunos de los países más importantes de América Latina (en términos de PIB o de población) se están enfrentando a un cambio de ciclo económico, fiscal y político, que guarda cierta relación con el estancamiento de los precios de las materias primas y de los productos energéticos. Este cambio de ciclo tiene consecuencias internas, pero también externas, en la proyección exterior de los países, lo que se vería reflejado en el Índice Elcano de Presencia Global. En este contexto, Argentina aparece como la excepción. A pesar de su perfil primario-exportador (similar al de, por ejemplo, Ecuador o Venezuela), ni su presencia global se dispara durante el boom de las materias primas, ni se hunde con la caída de precios (o no, al menos, en la misma medida que ocurre en Brasil o Venezuela).
Gráfico 1. Cuotas de presencia global (en %)
Fuente: Real Instituto Elcano, Índice Elcano de Presencia Global
¿Significaría esto que Argentina ha moldeado su inserción en la economía mundial? ¿Habría logrado abandonar su dependencia de los productos energéticos y primarios, tan característica de su economía en los años 80 y 90? Muy someramente la respuesta sería sí, en lo que respecta a los productos energéticos, y no, en lo que respecta a los primarios (que, relativamente a los energéticos, sufren menos vaivenes en sus precios). Si en 2000 la energía explicaba más de 11% de la presencia global de Argentina, en 2015, esta cifra había descendido a poco más del 3%. Siguiendo la tendencia contraria, los bienes primarios explicarían en la actualidad más de un tercio de toda su presencia global. Y es que, según datos de la OMC, más de la mitad de las exportaciones argentinas en 2014 son ventas de productos agrícolas.
Gráfico 2.
Fuente: Real Instituto Elcano, Índice Elcano de Presencia Global
Gráfico 3.
Fuente: Real Instituto Elcano, Índice Elcano de Presencia Global
Concretamente, Argentina se ha convertido en un imperio de la producción y exportación de la soja y de sus derivados (gráfico 4), optando por la (hiper)especialización de un producto que tiene la demanda relativamente asegurada en los mercados emergentes asiáticos, y particularmente en China (que se ha convertido en el 2º destino de las exportaciones argentinas, desbancando de este puesto a Estados Unidos).
Gráfico 4. Distribución de las exportaciones argentinas por productos
Fuente: Harvard University, The Atlas of Economic Complexity
Sin embargo, con la soja no basta. Esta apuesta no ha permitido al país sudamericano revertir la tendencia a perder cuota de presencia global a lo largo de las últimas dos décadas y media (gráfico 1). Si Argentina quiere apostar por un liderazgo regional y por ejercer algún rol en la configuración de la gobernanza regional o global, posiblemente necesitará desarrollar más formas de presencia alternativas a la exportación primaria. En 2015, las contribuciones de la ciencia, la tecnología, la educación y la cultura no llegaban, sumadas, al 7% de la presencia global total del país.
El Índice Elcano de Presencia Global calcula anualmente la proyección de 90 países fuera de sus fronteras en función de tres dimensiones: económica, militar y blanda. Explora el índice: