LOS ACTORES
Barack Obama: La apertura del presidente americano es un paso inédito en los más de 50 años de relaciones entre Washington y La Habana. Aunque no es el primer gesto de acercamiento que realiza –en abril de 2009, en su primera decisión de peso en política exterior al llegar a la Casa Blanca, Obama anunció la anulación de varias de las restricciones de EE UU sobre Cuba–, ahora la intención de retomar las relaciones diplomáticas es especialmente ambiciosa e incluye medidas más claras hacia la normalización.
Raúl Castro: “La soberanía ante todo; la economía hay que cambiarla; de la política, ya hablaremos”. Esa es, según Carlos Alonso Zaldívar, la idea detrás de las reformas que ha emprendido el mandatario cubano desde su llegada al poder, en 2007. La “actualización” del modelo económico pretende potenciar el sector privado, pero mantener una economía controlada. En Cuba esto supone una apuesta política considerable. El gesto de Obama no se entiende sin el proceso de reformas que se está llevando a cabo dentro de la propia isla y es, claramente, un respaldo a la transición dirigida por Raúl.
Francisco I, el New York Times y Canadá: En sus respectivos discursos, tanto Castro como Obama agradecieron la mediación del Vaticano y Canadá. Ambos acogieron a altos funcionarios de EE UU y Cuba para que negociasen las condiciones de la apertura. A lo largo de este otoño, el NYT generó presión mediática publicando cuatro editoriales en los que se exigía normalizar las relaciones diplomáticas. No son los únicos empujando en esta dirección: en mayo, 44 diplomáticos, militares y académicos estadounidenses, así como empresarios cubano-americanos, exigieron al presidente que relajase el embargo.
España: Aunque con frecuencia se ve tentada de desempeñar el papel de puente natural entre Estados Unidos y Cuba, España no ha jugado un papel destacado en este proceso. De hecho, es evidente que las conversaciones entre cubanos y estadounidenses no necesitan mensajeros. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, viajó a la isla el 24 y 25 de noviembre y aseguró que trasladaba “mensajes muy concretos” de EE UU. No sabemos qué decían esos mensajes, pero de contar con información relevante, el ministro no lo hubiese proclamado en público. Tampoco agradó el discurso que pronunció durante su visita, elogiando la transición española. Margallo regresó a España sin ser recibido por Raúl Castro.
LAS CONCESIONES
Por parte de EE UU: La liberación de tres de los Miami Five que continuaban encarcelados es un gesto especialmente significativo. Los cinco espías fueron arrestados en 1998 y encarcelados poco después. Hasta hoy, su retorno fue presentado en Cuba como una cruzada por la que el gobierno luchaba incesantemente. «Los vamos a traer a casa» ha sido uno de los mensajes incesantes de Fidel. Obama también ha pedido a John Kerry que de pasos para retirar a Cuba de la famosa lista negra del departamento de Estado en la que figuran “países que apoyan el terrorismo”.
Por parte de Cuba: La gran concesión del gobierno cubano ha sido la liberación del contratista estadounidense Alan Gross, que permanecía encarcelado en la isla desde hace cinco años, cuando fue arrestado tras repartir móviles entre la población cubana. Castro también ha liberado a un espía anónimo cuya información facilitó la detención de los Miami Five. Finalmente, Cuba liberará a otros 53 presos políticos.
MEDIDAS DE APERTURA
La más llamativa de todas será, sin duda, la reapertura de la embajada americana en La Habana. Con la normalización de las relaciones entre ambos países llegarían relajaciones en materia de remesas (el gobierno estadounidense permitirá que los cubano-americanos manden más dinero a familiares cada año), regulación financiera (se permitirá el uso de tarjetas de crédito y débito americanas en la isla), y el comercio entre ambos países (se aumentará el volumen de exportaciones americanas, y se permitirá la importación de puros y alcohol a título individual). Cuba, por su parte, facilitará a sus ciudadanos un mayor acceso a Internet, y también aceptará el retorno de oficiales de la ONU y la Cruz Roja a la isla.
EL CAMINO POR RECORRER
El principal obstáculo a la reconciliación continúa siendo el embargo de EE UU, considerado universalmente un fracaso pero mantenido por la complejidad política que requiere levantarlo, ya que se precisa el apoyo del Congreso. Aunque el sector más duro de la comunidad cubana en Miami ha logrado mantenerlo gracias a un peso político desproporcionado, las nuevas generaciones de cubano-americanos no están a favor de la medida. Pero es el Congreso, y no el presidente, quien tiene autorización para levantar el embargo. Con el legislativo en manos de los republicanos, es muy posible que la medida se politice simplemente para dañar a Obama. Tampoco parece probable que las restricciones para viajar a la isla se vayan a retirar a corto plazo. En cualquier caso, una vez relajadas las medidas, será muy difícil que no se desmorone el grueso de restricciones. Al fin y al cabo, como señaló Obama, solo 90 millas separan Miami de Cuba.
Un segundo problema lo presentan los servicios de inteligencia estadounidenses. El caso de USAID y Zunzuneo, en el que la agencia oficial de cooperación americana creó una red social con el fin de desestabilizar al gobierno cubano, muestra hasta qué punto podría aprovecharse una mayor libertad de expresión como arma arrojadiza. Con un trasfondo como este, los Castro continuarán viendo en Internet y la libertad de expresión un enemigo en potencia.
[…] deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos avanza sin prisa pero sin pausa. Han pasado dos meses […]