El Foro Económico Mundial acaba de publicar los resultados del Índice Global de Brecha de Género, que calcula la desigualdad de género en aspectos económicos, políticos, educativos y de salud. Para llevarlo a cabo no tiene en cuenta en términos absolutos las puntuaciones de los países en estos aspectos, sino la diferencia que existe entre hombres y mujeres. Por ejemplo, un país pobre escolarizará a menos niñas que uno rico por norma general, pero también a menos niños, así este índice muestra solo la brecha que existe entre ambos géneros, lo que da una idea más acertada de la situación de la mujer en el mundo.
El documento muestra lo que se repite año tras año: los países nórdicos están a la cabeza. Islandia, Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca son, por este orden, los primeros en igualdad de género. Sin embargo, en el sexto puesto sorprende encontrar a Nicaragua, y en el séptimo a Ruanda.
En cuanto al país centroamericano, se observa que aunque su desempeño es pobre en participación y oportunidades económicas (puesto 96), y tampoco es excelente en educación (puesto 33), lo compensa con una calificación muy alta en los otros dos ámbitos. Es número uno en la categoría de salud, que mide la esperanza de vida comparada de hombres y mujeres y el número de nacimientos de hombres y mujeres. Además, está en el cuarto puesto en acceso al poder político. En este ámbito, Nicaragua es el país del mundo que más ha avanzado en el último año en el nombramiento de mujeres en cargos ministeriales.
El caso de Ruanda es similar: obtiene posiciones muy altas en algunos aspectos (en política ocupa el sexto lugar mundial) pero bajas en otros (114 en educación y 118 en salud). Desde el genocidio de 1994, Ruanda ha llevado a cabo una política sistemática de empoderamiento de las mujeres, desde las comunidades rurales más recónditas hasta el gobierno central. En el ámbito de la justicia, la mitad de los 14 jueces de la Corte Suprema son mujeres. En política, hoy Ruanda es el país con mayor número de mujeres en el Parlamento nacional. La reconciliación nacional se ha logrado en buena medida a través del trabajo de las madres, esposas, abuelas e hijas de las comunidades hutu y tutsi enfrentadas.
Todo ello explica que, al realizar la media de los resultados, el informe del Foro Económico mundial sobre Brecha de Género, Nicaragua y Ruanda se encuentren entre los diez con menos desigualdad de género.
Otro resultado que llama la atención es el de Filipinas, que está en el puesto número nueve gracias a sus resultados en salud y educación, siendo el país con mejor puntuación de Asia-Pacífico, por delante de Australia y Nueva Zelanda. Burundi y Suráfrica en el puesto 17 y 18 están por delante de Estados Unidos, que ocupa el 20 siguiendo a su vecino, Canadá. China, aunque con un resultado que deja mucho que desear (87), supera a Japón (104), que destaca por la poca participación política de las mujeres (129). El resto de los resultados del país también son malos y solo se salva en la categoría de salud (37). En los últimos puestos encontramos sobre todo a países musulmanes, Yemen en último lugar, seguido de Pakistán, Chad, Siria y Malí.
Aunque muchos países han mejorado sus puntuaciones en los últimos años, sobresale América Latina como región que más avances ha hecho en igualdad de género. Asia-Pacífico empeora, con un resultado negativo del 3,15%. Algunos de los mayores avances se dan en países con una mala posición en el ranking pero que están superándose: Arabia Saudí, Burkina Faso, Angola o Nepal.
En cuanto a España, ocupa el puesto 29 y sube un escalón respecto a 2013 (estaba en el 30). Sin embargo, ha retrocedido respecto a 2010 y 2011; en general, desde 2006 ha hecho un avance modesto del 0,1%. Sus mejores resultados son en educación y política. España tiene mucho que envidiar a Francia (16), que ha conseguido por primera vez entrar entre los mejores 20 y es el tercer país que más ha mejorado sus posiciones desde 2006.
Metodología variable, resultados dispares
A la hora de evaluzar los resultados del Índice Global de Brecha de Género hay que tener presente que no incluye todas las variables. Por ejemplo, no tiene en cuenta el matrimonio temprano, los abusos sexuales o la violencia de género. De ahí que este ránking pueda variar respecto a otros que también califican la desigualdad de género, como el que elabora el PNUD. En el Índice de Inequidad Sexual del PNUD Filipinas obtiene el puesto 78, Ruanda el 79 y Nicaragua el 90. Por otro lado, España mejora colocándose en la posición 16 y Japón otro tanto, en la 25. El Índice de Desarrollo ajustado por Género, también elaborado por el PNUD, proporciona de nuevo resultados distintos: sorprende encontrar a Eslovaquia en el primer puesto y a Hungría en el cuarto. Argentina obtiene el segundo, mientras que España baja hasta el 25.
En conclusión, a la hora de observar este tipo de clasificaciones hay que tener en cuenta las variables que miden y cómo se cruzan, pues siempre existe un déficit de información imprescindible para calibrar la evolución de un indicador tan complejo como el de la igualdad de género.