Desde la vuelta de la democracia en Argentina, en 1983, las urnas determinaron que gobernaran dos presidentes radicales y tres peronistas: Raúl Alfonsín, casi seis años; Carlos Menem, diez; Fernando de la Rúa, dos; Néstor Kirchner (NK), cuatro; Cristina Fernández de Kirchner (CFK), ocho. La suma se completa con el gobierno de Eduardo Duhalde durante un año y cuatro meses, que fue elegido a través de la Asamblea Legislativa tras la crisis de diciembre de 2001. El peronismo –en sus diferentes versiones– gobernó casi 24 años y el radicalismo ocho (dos de ellos en coalición). Dos presidentes radicales no pudieron terminar sus mandatos. Alfonsín renunció meses antes de concluir el periodo presidencial y le entregó el mando al nuevo presidente electo, Carlos Menem. Y De la Rúa renunció en una de las peores crisis económicas y políticas de Argentina. De esos 24 años gobernados por el peronismo, 12 lo fueron bajo el sello del kirchnerismo. Suficiente tiempo para decir que fue la fuerza más influyente en la democracia, desde su vuelta hasta hoy.
El kirchnerismo no fue siempre el mismo durante esos 12 años, y deben distinguirse sus tres gobiernos. El de NK continuó la reconstrucción económica iniciada en el periodo de Duhalde, con Roberto Lavagna como ministro de Economía. Las hechos más destacados fueron la intervención del Estado en la economía, la reestructuración de la deuda y la prolijidad de los números de la macroeconomía. El gobierno de CFK comenzó con una crisis en el sector agrícola y una caída en su popularidad que determinó que perdiera las elecciones legislativas de 2009. Los festejos del bicentenario de la Patria, la sorpresiva muerte de NK, en octubre de 2010, y cierta mejora económica influyeron positivamente en la imagen y popularidad de CFK. En 2011 consigue su reelección con el 54%…