Brzezinski advertía que Estados Unidos estaba destinado no solo a ser la primera sino también la última superpotencia global
Central Options in US Security Policy” (Final Grade: B). Durante el curso 1990-91, gracias a una beca Fulbright, pude matricularme en la asignatura que impartía Zbigniew Brzezinski en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS) de la Universidad Johns Hopkins en Washington. Reencarnado como profesor estelar y prolijo autor tras su paso por la Casa Blanca, nos enseñó tres cuestiones fundamentales: a pensar en términos globales, a desarrollar capacidad analítica con la tortura de escribir la madre de todos los policy papers, y a respetar reglas, procesos e instituciones.
En sus clases, impartidas en un meticuloso inglés marcado por su imborrable acento polaco, aprendimos que la formulación de la política exterior de Estados Unidos tiende a ser el resultado de un profundo y elaborado debate intelectual. Con refinados planteamientos junto a la tensión entre valores e intereses que tradicionalmente ha marcado las relaciones del gigante americano con el resto del mundo. Por supuesto, nada que ver con el freak show diplomático que protagoniza la administración de Donald Trump.
Nacido en Varsovia el 28 de marzo de 1928, Zbigniew Kazimierz Brzezinski –un nombre tan difícil de escribir y pronunciar correctamente que quedó reducido a Zbig– fue también otro refugiado de la Europa conquistada por Hitler y Stalin. Su padre, Tadeusz Brzezinski, era un aristócrata y diplomático que había sido destinado en la Francia de anteguerras, la Alemania nazi, la Unión Soviética y finalmente en Canadá donde, al terminar la Segunda Guerra mundial, se convirtió con su familia en un exiliado más.
Tras frustrarse sus planes iniciales para estudiar en Reino Unido por restricciones de visados, el joven Zbigniew se matriculó sin apenas saber inglés en la Loyola High School de Montreal…