En 2020, el mundo observaba con admiración a China. El país había sido capaz de salir de la pandemia en tiempo récord gracias a las estrictas cuarentenas impuestas por sus autoridades. A final de año ya había recuperado los niveles de PIB y empleo previos al Covid. Sin embargo, su salida fue parcial, ya que su sociedad no desarrolló inmunidad de rebaño contra el virus como consecuencia del bajo porcentaje de población que pasó la enfermedad y de la escasa efectividad de su vacuna. La única forma de frenar los contagios era repetir periódicamente los confinamientos, lo que provocó durante más de un año parones continuos en la actividad económica. Finalmente, las autoridades han optado por conseguir la inmunización de los ciudadanos retirando de forma drástica sus restricciones a la movilidad.
Aunque a corto plazo se han disparado los contagios, las muertes y los problemas laborales, las autoridades piensan que…