Una visión coherente, periódica y diversa del mundo

En un contexto comunicativo marcado hoy por los time-line de las redes sociales, donde se publica y se lee segundo a segundo, los anuarios han ido desapareciendo como proyectos editoriales de largo recorrido. Datos, frases, gráficos o gifs se hacen virales en la Red, se comparten y pueden acumular cientos de miles de likes y tuits por todo el mundo. La mayoría de las veces, la información contenida se desvanece un segundo después. Para recuperarla, nos vemos obligados a emprender búsquedas en Google, o a bajar y bajar por la infinita cola de publicaciones en Facebook, Twitter o blogs diversos.

CIDOB, sin embargo, parece comprometido a que su presencia en digital no ponga fin a uno de sus proyectos más emblemáticos como centro de reflexión y análisis sobre asuntos internacionales. Desde 1990, publica el Anuario Internacional, el compendio periódico más coherente en español sobre las ideas, la interpretaciones y las previsiones mundiales. Una obra colectiva que se dirige y produce desde Barcelona, con colaboraciones del equipo de investigación de CIDOB y también con un amplísimo y variado conjunto de analistas de diversas nacionalidades. Como señala Jordi Bacaria, director de CIDOB, el propio centro y el anuario son una muestra de binomio global-local. Así, desde Barcelona se aporta una visión local de los asuntos globales, como resultado de un mundo cada vez más definido por las ciudades.

En nuestra biblioteca tenemos el arcoíris formado por los 25 volúmenes del Anuario Internacional en su primera etapa. El que se presenta ahora (anuario 2015) da inicio a una nueva etapa de una publicación que ha cuidado siempre la calidad del contenido y el diseño editorial. Del tamaño robusto y el color monocromático tradicional se ha pasado a un formato más reducido y visual, ampliando el número de colaboradores y los formatos de análisis, con mayores puntos de vista gracias a expertos de una amplia procedencia geográfica y diversidad ideológica.

El marco de análisis internacional de 1990 es radicalmente diferente al de 2016. Este registro de 288 páginas de los temas, ideas y miradas se abre con un brillante artículo de Anne-Marie Slaughter, quien asegura que “está emergiendo un sistema de gobierno, y una sociedad global entrelazada por los hilos de la Red de una forma que nunca lograron alcanzar las tradicionales instituciones regionales y planetarias en el tablero de ajedrez”. Hoy es “mucho más probable que seamos capaces de reaccionar y adaptarnos y no tanto de predecir y planificar”.

Estructurado en cinco bloques, el Anuario Internacional aborda las grandes cuestiones mundiales, la situación de las regiones, la posición internacional de España y, como es habitual, traza el perfil de un país. Irán es el protagonista de esta edición. Los análisis se completan con infografías y datos estadísticos, multitud de mapas, comentarios breves de expertos de los cinco continentes y una útil relación de dirigentes mundiales y procesos electorales llevados a cabo en 2015.

Como resumen Francesc Fàbregues y Oriol Farrés, coordinadores del Anuario CIDOB, los trabajos que componen la publicación radiografían un mundo más complejo, menos eurocéntrico y más multipolar, interconectado en todos los niveles, más desigual al tiempo que más cercano, con una economía global que no ha encontrado aún una vía alternativa de progreso y desarrollo, donde surgen nuevos actores al tiempo que retornan actores viejos, y en el que la tecnología genera tantas posibilidades como temores.

Para todos aquellos interesados en la política internacional, les será útil descansar periódicamente de las redes sociales y entregarse a un anuario con memoria y con futuro.