Es el momento para reflexionar y avanzar en la reconstrucción de un espacio iberoamericano que contribuya a una recuperación sostenible. Tras el devastador impacto de la pandemia, este rediseño puede hacerse con un optimismo razonado, impulsando políticas ex ante proactivas en los ámbitos de la inclusión social y la sostenibilidad ambiental, a través de una digitalización ética y de políticas sociales modernas.
Publicidad
Hoy se puede afirmar que lo peor del impacto del Covid-19 en América Latina quedó atrás. Las cinco principales economías de la región (Argentina, Brasil, Colombia, Chile y México) cerraron mayo de 2022 un 4% por encima de los niveles de pandemia, según la actualización más reciente del indicador económico a tiempo real OECD Weekly Tracker of economic activity. La recuperación fue más rápida que lo que cualquier analista había previsto a mediados de 2020, cuando apenas comenzaba la pandemia. A ello se une que los niveles de vacunación en la región están entre los más altos del mundo, aunque con resultados heterogéneos según el país. De cualquier forma, aproximadamente tres de cada cuatro latinoamericanos tienen una pauta de vacunación completa, similar a Estados Unidos o el promedio europeo, según las estadísticas de Our World in Data.
Bases para la reactivación
Los datos no ocultan que el impacto fue enorme y que la pandemia ha dejado profundas cicatrices. Latinoamérica fue la región en el mundo que experimentó el mayor impacto económico y humano del Covid-19.
Es imposible encontrar números que reflejen la tragedia que han supuesto los más de dos años desde que se detectó el primer caso de Covid-19 en América Latina, pero, a efectos expositivos, destacan tres ámbitos: salud, capital humano y crecimiento (y el orden no es inocente). Primero, la región representa ligeramente menos del 10% de la población mundial, pero registró aproximadamente…