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¿Un techo de cristal blindado?

Katrin Elborgh
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Las principales economías, como las de Estados Unidos y Japón, podrían incrementar su PIB en un cinco y un nueve por cien, respectivamente, si la tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral aumentase hasta el nivel que se registra entre sus compatriotas hombres.

Casi 70 años después de la publicación de El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, el mundo ha cambiado y, actualmente, en muchos países las mujeres tienen acceso a más oportunidades personales y profesionales que en ningún otro momento de la historia. Sin embargo, a pesar del progreso tangible a lo largo de las últimas décadas, los mercados de trabajo de todo el planeta siguen divididos por líneas de género. ¿Por cuánto tiempo aún?

En el mercado laboral del siglo XXI las mujeres siguen siendo el segundo sexo. Incluso en las economías de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral es, por término medio, un 10 por cien inferior a la de los hombres. En Suecia la diferencia es tan solo de un seis por cien, pero alcanza alrededor del 25 por cien en Japón. Y a pesar de sus elevados niveles educativos, con frecuencia superiores a los de los hombres en puestos similares, las mujeres todavía ganan significativamente menos que sus compañeros del sexo masculino, como muestra el hecho de que en la OCDE exista una brecha salarial media del 15 por cien. Esta brecha se explica en gran medida por la segregación ocupacional, con el empleo femenino concentrado en el sector servicios y la interrupción de las carreras profesionales para cuidar de los hijos y de otros miembros de la familia. Mientras que al comienzo de la vida profesional la brecha salarial de género es relativamente estrecha, durante…

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