POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 114

Un país y un electorado divididos

Editorial
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No sabemos, al cerrar este número, el resultado de la elección americana del 7 de noviembre, mid term. Si George W. Bush pierde el control de la Cámara de Representantes, pero no el del Senado, será un aviso. Si además pierde el Senado será una debacle política.

Publicamos en primer lugar, una crónica –analítica, irónica, especulativa– de Jaime Ojeda. Nuestro autor se firma “profesor de la Universidad de Shenandoah, Virginia”. Pero no debe olvidarse su experiencia de seis años, embajador de España en Washington, 1989-96. Por favor, lector: lea esta crónica, piense después, vuelva a leer el párrafo que le ha interesado…

Es curioso, muchos americanos votarán al mal menor. Otros se abstendrán, cansados de los bandazos presidenciales. También otros, es una obviedad, votarán por los demócratas. No porque los demócratas merezcan grandes apoyos: no los han merecido desde 2001. Quizá algunos presidentes del siglo anterior, Franklin D. Roosevelt, Harry Truman, John Kennedy, Bill Clinton, trabajen en el recuerdo.

El presidente Bush tiene detrás a algunas cabezas capaces. Para muchos ciudadanos americanos, el vicepresidente, Dick Cheney, y el asesor, Karl Rove, son genios del mal… Ellos deben mantener el curso hasta noviembre de 2008. Veremos si el votante, con su voto o su abstención –el arma de la abstención contará mucho– deja a flote a estas dos cabezas. ¿Es mucho tiempo dos años? Rove y Cheney saldrían, en caso de mantener la mayoría en el Senado, al encuentro de la noticia: hemos retrocedido, sí, pero mantenemos nuestro ejército…

No lo sabemos hoy, pero podremos ver una derrota sub conditione, un armisticio con honor, como el que firmó Alemania en noviembre de 1918; o una rendición incondicional, juicio de Núremberg incluido. ¿Es ésta una figura retórica? Más de 60 entidades han pedido el enjuiciamiento de W por crímenes de…

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