Cuando los organizadores españoles de este simposio vivieron a hablar conmigo y expresaron el interés y la necesidad de organizar un acto de esta naturaleza, tengo que decir que no, tuvieron que explicármelo de manera muy detallada, porque consideré desde el primer momento que era extraordinariamente oportuna la celebración del simposio, los temas que se habían elegido y, sobre todo, las personas que iban a desarrollarlo. Me parece de justicia decir que era necesario y oportuno realizar un seminario de estas características. Esto es importante. A veces uno pretende ser excesivamente academicista y olvida las formas, cuando lo que justamente en estos momentos, cada vez es más importante en las relaciones Este-Oeste son las formas.
El segundo aspecto fundamental, al que ya el ministro de Economía y Hacienda de España, el señor Solchaga, hacía mención en su intervención de apertura, es que la oportunidad resulta especialmente buena por las dos partes. Uno nunca sabe exactamente, y yo casi nunca he sido partidario de que la historia pueda explicarse a través de hechos fortuitos –la famosa tesis de la gallina y Cleopatra–, pero es verdad que, por muchas, razones, la remodelación de la Europa occidental, tanto de la Europa comunitaria como de los países de la EFTA, coinciden con un momento donde se está dando también un cambio fundamental en todos los niveles en la Europa del Este, formando o intentando formar algún día un espacio europeo ampliado que tenga menos fronteras y menos barreras. ¿Es una coincidencia histórica o realmente se estaban dando desde hacía mucho tiempo una serie de condiciones o de determinaciones que estaban llevando a esta situación actual? Es casi especulativo entrar en esos temas, pero lo positivo y lo que creo que nuestras generaciones deben de intentar aprovechar al máximo es que se ha producido, y…