Discurso pronunciado por el secretario general del Partido Comunista de Italia, Achille Occhetto, en la clausura del XIX Congreso Nacional del Partido, celebrado en Bolonia el 10 de marzo de 1990.
Discurso pronunciado por el secretario general del Partido Comunista de Italia, Achille Occhetto, en la clausura del XIX Congreso Nacional del Partido, celebrado en Bolonia el 10 de marzo de 1990.