Las ciudades son la fuerza motriz de la economía mundial. Una de las tareas de gestión más complejas que pueden imaginarse es garantizar un funcionamiento eficaz para las empresas y personas que viven en ellas. Elementos fundamentales de la administración de la urbe son, entre otros, la eficiencia de sus sistemas de transporte, la calidad de sus servicios públicos y el papel que las ciudades desempeñan como crisol de la innovación y la creación de empleo. El modo en que las ciudades aborden los numerosos desafíos a los que se enfrentan es crucial no solo para quienes viven en ellas –más del 54 % de la población actual del planeta, según el Banco Mundial–, sino para el dinamismo de la economía global.
Hoy, las ciudades cuentan con una nueva y poderosa herramienta: las tecnologías inteligentes. Los municipios y autoridades locales gestionan una gran cantidad de datos en tiempo real, lo que les permite tomar mejores decisiones, responder a las condiciones y necesidades en constante cambio y ofrecer una mejor calidad de vida en general a los habitantes.
Las ciudades, motor de crecimiento
Las ciudades generan en la actualidad alrededor del 75 % del PIB mundial, porcentaje que ascenderá hasta el 86 % en el periodo 2015-30. Su peso económico se hace patente en todo el mundo. Pensemos en megaciudades (con una población de 10 millones de habitantes o más) como Nueva York, Los Ángeles, Londres y París; las dos primeras aportan el 13 % del PIB de Estados Unidos, las dos últimas, el 9 % del PIB de Europa occidental. No obstante, para el crecimiento global es aún más importante el grupo de “pesos medios”, con una población de entre 150. 000 y 10 millones de habitantes. Según la actualización más reciente de la base de datos Cityscope, compilada por McKinsey Global Institute (MGI), las…