POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 220

En el complejo marco geopolítico actual, Europa solo sobrevivirá en un mundo multipolar si sabe comportarse como un bloque a todos los efectos, empezando por reforzar el mercado único. GETTY

Un mercado interior, pero no único

La Unión Europea tiene un mercado interior que no funciona como un mercado único. Su fragmentación supone un claro impedimento al crecimiento, la innovación y la competitividad internacional frente a Estados Unidos o China.
Enrique Feás
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El Tratado de Roma se firmó en 1957 con la idea de crear un mercado común europeo con plena libertad de circulación de bienes, servicios, personas y capitales. Las crisis del petróleo en los 70 y en los 80 favorecieron el proteccionismo e hicieron que el entusiasmo inicial se fuera apagando progresivamente. A mediados de los 80, la mayoría de los Estados miembros habían aumentado considerablemente sus barreras no arancelaria, las divergencias regulatorias y de fiscalidad distorsionaban los intercambios, y la Comisión Europea no tenía capacidad de superar los vetos individuales en el Consejo de Ministros cuando proponía armonizar las legislaciones nacionales.

Tendría que ser un británico, Lord Cockfield (vicepresidente de la Comisión y comisario de Mercado Único, Fiscalidad y Aduanas), quien elaborase una detallada lista de 300 barreras al comercio existentes en el mercado europeo y un calendario para su eliminación, tanto mediante la aproximación de legislaciones como a través del reconocimiento mutuo. Ese documento terminó siendo conocido como el Libro Blanco para Completar el Mercado Interior y fue la base sobre la que se adoptaron importantes medidas legislativas que condujeron a la creación, el 1 de enero de 1993, de un verdadero espacio europeo sin barreras, que sentó además las bases para el desarrollo del euro.

Más de tres décadas después nos encontramos en una tesitura parecida, como advierte el Informe “Mucho más que un mercado único” de mayo de 2024, elaborado por el ex primer ministro italiano, Enrico Letta. El informe destaca el preocupante retraso de la Unión Europea (UE) respecto a Estados Unidos, un mercado que dejó de ser comparable al europeo en 1993 y cuyo PIB por habitante ha crecido desde entonces un 60% (frente al 30% de la UE). Este desafío se enmarca en un complejo momento geopolítico, con guerras, conflictos comerciales y tecnológicos…

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