La creencia tradicional es que la sociedad industrial se basa en el libre comercio y una competencia global. Se dice que mientras esto se vea acompañado por altos niveles de desempleo en la UE y bajos salarios en EEUU sólo sería a corto plazo. A largo plazo, la prosperidad triunfará en todo el mundo. Pero éste es un dogma que descansa en una exageración del papel desempeñado por el libre comercio.