Escribía el corresponsal Julio Camba en diciembre de 1908 desde Constantinopla: “Hay un país donde tiene realidad efectiva el sufragio universal: Turquía”. Tras la Revolución de los Jóvenes Turcos, el Imperio Otomano se lanzaba con entusiasmo inusitado a celebrar unas elecciones donde, como relataba el escritor, “a pesar del frío de la lluvia y de la nieve, los manifestantes van a pie o en coche descubiertos, que en el Oriente un Parlamento bien vale algunas pulmonías”. Ya se temía, sin embargo, el autor que “la Constitución durará: pero la libertad no”.
Esta tensión entre libertades, democracia y pulsos autoritarios no solo jalonó los últimos años del imperio, sino la historia de la República de Turquía, proclamada el 29 de octubre de 1923, en la que 100 años después, a pesar de todo, la celebración de comicios se manifiesta como una fuerza tectónica de primer orden en el sistema político. Muestra de ello es que las elecciones generales y presidenciales que han tenido lugar en Turquía el 14 de mayo de 2023 no solo dejaban la puerta abierta a un cambio de gobierno, en ellas se dirimía, también, la posibilidad de un cambio de régimen.
Más de 20 años del AKP
La fuerza política del actual presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) ha gobernado Turquía desde 2002. Desde entonces, muchas cosas han cambiado en este país del Mediterráneo oriental, en el ámbito político, social y económico.
El AKP soslayó sus orígenes islamistas al llegar al poder y se definió como un partido demócrata-conservador que, potenciando la estela del gobierno tripartito precedente, logró en 2005 la apertura de las negociaciones para la adhesión de Turquía a la Unión Europea. Fueron años de notable crecimiento económico y un activo papel en la esfera internacional,…