Los comicios representan el tablero de juego donde se dilucida la capacidad del nuevo sistema político constitucional para afrontar desafíos en el corto plazo.
El 23 de octubre de 2011, los tunecinos eligieron una Asamblea Constituyente encargada de componer y fiscalizar al poder ejecutivo, redactar la nueva Carta Magna y convocar las primeras elecciones de la democracia constitucional. Factores políticos, económicos y de seguridad de carácter nacional e internacional han dificultado tales tareas y forzado la revisión de los plazos y los métodos de la hoja de ruta transicional inicialmente trazada. Sin embargo, no han impedido el alcance de la meta prevista. Por ello, Túnez se ha convertido en referente regional de esfuerzo y de logro en aprendizaje democrático y en “desinstitucionalización” del legado dictatorial del antiguo régimen.
Los comicios legislativos del 26 de octubre de 2014 representan el tablero de juego político donde ya se puede dilucidar la capacidad del nuevo sistema político constitucional para afrontar en el corto plazo otras misiones principales. La primera, la garantía de los derechos y libertades de la ciudadanía. La segunda, el control del ejercicio del poder para obstaculizar potenciales vías de emergencia de renovadas formas de poder dictatorial. La tercera, la gobernabilidad del sistema político.
Así, el componente político de riesgo y de oportunidad de las elecciones legislativas se ha proyectado sobre cuatro elementos clave: el pluralismo político de la oferta electoral; la neutralidad política de la gestión de los comicios; la implicación ciudadana en el proceso electoral; y las posibilidades de la conformación de un gobierno estable.
Este artículo ofrece un análisis de los cuatro elementos. Para ello, utiliza una perspectiva comparada que permite vislumbrar elementos de continuidad y cambio en la evolución de la política electoral tunecina entre 2011 y 2014.
Pluralismo político de la oferta electoral
La legislación…