La segunda presidencia de Donald Trump marcará el fin definitivo de un paradigma global donde el multilateralismo y el comercio libre reinaban supremos. Aunque no se ha asentado aún un nuevo orden mundial, parece claro que el poder, la confrontación entre potencias y la geopolítica jugarán un papel central. La Unión Europea (UE) está mal preparada para operar en este nuevo mundo geopolítico: depende mucho en el comercio internacional y no dispone de poder militar efectivo.
España también es vulnerable ante la nueva presidencia de Trump, a pesar de mantener un déficit comercial con Estados Unidos. El actual gobierno español se sitúa en las antípodas ideológicas del movimiento Make America Great Again (MAGA), mientras que Marruecos –tras su apoyo a los Acuerdos de Abraham liderados por Trump– tiene un precedente excelente con el nuevo gobierno americano.
El mundo multilateral de ayer
La globalización experimentó un auge espectacular desde la posguerra hasta la gran crisis financiera. Entre 1950 y 2008, el comercio sobre el PIB mundial creció de un 20% a un 60%, y se ha mantenido, con algunas fluctuaciones, hasta la actualidad.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos lideró la reconstrucción del mundo y Estados Unidos desempeñó un papel crucial al promover la creación de organismos clave para el nuevo orden mundial. Las instituciones internacionales serían esenciales en la globalización de la segunda parte del siglo XX, al generar certidumbre y reducir costes de transacción. Entre ellas, destacan las instituciones de Bretton Woods –el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional– y la Organización de las Naciones Unidas, creada en 1945 durante la conferencia de San Francisco. Estos organismos se diseñaron para poder reconstruir el mundo tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial, estabilizar la economía mundial y facilitar la paz, respectivamente.
En 1947, además, también…