Al firmarse este artículo se cuentan más de 67.000 muertos y 22.000 desaparecidos tras el terremoto del sur de China el 12 de mayo, y un número todavía no confirmado de muertos en Myanmar (134.000 según las organizaciones humanitarias que han podido entrar al país) a causa del ciclón Nargis el 2 de mayo.
Éstas son las cifras más importantes de este artículo que pretende explicar la situación actual del banco de desarrollo de la región con mayor crecimiento del mundo y los retos planteados durante la 41ª Asamblea Anual del Banco Asiático de Desarrollo (BAD), celebrada este año en Madrid del 3 al 6 de mayo.
El BAD es uno de los organismos financieros internacionales que más tardó en gestarse después de la Segunda Guerra mundial. Debido a su fecha de creación, en 1966, no estuvo alineado con las entidades supranacionales nacidas en medio del espíritu regenerador de las relaciones internacionales de los años cincuenta del siglo XX.
Al igual que los otros bancos regionales, el BAD tiene como objetivo fomentar el crecimiento económico y el desarrollo, luchar contra la pobreza y estimular la integración de los países de Asia-Pacífico. En la actualidad, 67 países son miembros de pleno derecho, 48 pertenecen a la región asiática y 19 son Estados de otras partes del mundo (España es miembro desde 1986). La sede está en Manila y, hasta la fecha, la mayoría de sus presidentes han sido japoneses –desde 2005 ocupa la presidencia Haruhiko Kuroda, profesor de Política Monetaria y Fiscal de la Universidad de Hitotsubashi de Tokio y asesor del primer ministro nipón, Yasuo Fukuda–.
Como institución financiera internacional, el BAD está hoy presente en todo el mundo, bien mediante el alcance de sus proyectos bien por sus oficinas filiales en Europa y Norteamérica. Sus actividades se han centrado…