“Fue asesinado lentamente en una cárcel rusa por el régimen de Putin”. Con estas palabras Josep Borrell ha querido expresar el malestar de la UE y señalar la responsabilidad por la muerte del más celebre activista opositor ruso. Los ministros de exteriores de la UE mantuvieron la semana pasada conversaciones con la viuda de Navalni, Yulia Navalnaya, prometiendo su apoyo después de que ella acusara al presidente ruso, Vladimir Putin, de causar la muerte de su esposo tras las rejas.
“Rusia debe permitir una investigación internacional independiente y transparente sobre las circunstancias de su repentina muerte”, dice el comunicado de Borrell emitido en nombre de la UE. “La UE no escatimará esfuerzos para responsabilizar al liderazgo político y a las autoridades de Rusia, en estrecha coordinación con nuestros socios; e imponer mayores costos por sus acciones, incluyendo un nuevo paquete de sanciones”.
Borrell no dio demasiados detalles sobre las nuevas medidas, que probablemente incluirán congelaciones de activos y prohibiciones de viaje contra personas o entidades sospechosas de estar involucradas en la muerte de Navalni. La efectividad de esa vía estaría mermada por la falta de información dentro del opaco Estado ruso.
Una opción más asertiva tiene que ver con los cientos de miles de millones de euros en activos rusos congelados en la UE y ofrecerlos a Ucrania, devastada por la guerra. Algunas voces como la del ministro de Asuntos Exteriores de Estonia apuestan por este camino. “La mejor respuesta y la más clara sería si finalmente hacemos nuestro trabajo: tenemos que apoyar a Ucrania”, dijo Margus Tsahkn mientras defendía actuar contra los activos rusos en el extranjero.
La idea ha estado gestándose durante más de un año, pero está plagada de obstáculos legales. Los países de la UE también están persiguiendo un plan B: apartar las…