Los informes iniciales sobre el calentamiento global no consideraron un factor determinante del fenómeno: la vulnerabilidad de los bosques boreales al calor y la falta de lluvias, que ha hecho más intensos, prolongados y frecuentes los incendios forestales, que hoy permanecen activos día y noche y abarcan cada vez mayores extensiones. El caso más claro es el de Canadá. En lo que va de año, los fuegos han arrasado 9,2 millones de hectáreas de bosques de costa a costa, una extensión similar a la de los Estados de Massachusetts y Vermont juntos. El récord anterior, de 2005, fue de 7,1 millones de hectáreas. En comparación, la temporada de incendios de California de 2020, la peor de su historia, afectó un área cinco veces menor.
El pasado junio, solo en Quebec ardieron más bosques que en los 20 años anteriores, según el Canadian Interagency Forest Fire Centre. Y aún no ha terminado…