En los últimos meses se está haciendo sentir el impacto de la aplicación del Tratado de Adhesión a la CEE en nuestro comercio exterior: Como se aprecia en el cuadro siguiente, las importaciones procedentes de bastantes países miembros del Mercado Común están creciendo con gran rapidez, mientras que nuestras exportaciones se estancan o crecen muy lentamente. No hay, por el momento, motivos para la preocupación, pero sí resulta de interés profundizar en las causas que determinan el proceso.

En el crecimiento de las importaciones (donde la Comunidad ha pasa- do de aportar un tercio de nuestra total importación a aportar la mitad) influye, sin duda, el libre acceso a productos comunitarios producido como consecuencia del desarme de la protección comercial. Pero tanto en la marcha de la importación como en la de la exportación está pesando fuertemente el mantenimiento, a lo largo de 1986, de un tipo de cambio de la peseta fuertemente sobrevaluado, que en consecuencia ha abaratado la importación, a la vez que reducía, la competitividad de nuestra exportación en todos los mercados.

En lo que sigue se van a realizar algunas consideraciones sobre los problemas que plantea en la política económica española el mantenimiento de esa tendencia a la revaluación de la peseta con las distorsiones que introduce en nuestra competitividad.

Las estimaciones sobre la evolución del tipo de cambio efectivo de la peseta muestran que, con base 1971=100, nuestra divisa ha sido una de las que más se ha apreciado. En efecto, en el cuadro siguiente se constata que, después de las monedas suizas, alemana y holandesa, la moneda española es la que más se revalúa en el citado periodo. Esta evolución de la peseta, naturalmente, no se corresponde con la tasa de inflación de la economía española, que es, con mucho, la más…