AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 33

Siria, el tiempo juega a la contra

Editorial
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Tras un año de protestas, Siria se ha convertido en un foco de preocupación en una región ya de por sí muy sensible y vulnerable. El conflicto sirio corre el riesgo de desbordarse y alcanzar a los países vecinos, los cuales por supuesto no son ajenos al aumento de la violencia que se vive dentro del país. La llegada de refugiados que cruzan territorios minados escapando de la violencia, de la crudeza de los asedios y de las inclemencias de un día a día que cada vez se parece más al de una guerra, es una realidad a la que los vecinos de Siria, y especialmente Turquía, se ven obligados a responder. Una respuesta humanitaria adecuada, por las dificultades que impone el propio régimen sirio y por la lentitud e ineficacia de la comunidad internacional, sin embargo, no parece vislumbrarse fácilmente.

El tiempo y la geopolítica juegan a favor del régimen. Por un lado, el grado de violencia y los riesgos de guerra civil son cada vez mayores. Por otro, entre los actores internacionales parece calar cada vez más las tesis del régimen de que entre los rebeldes hay efectivos yihadistas y que los atentados terroristas son una prueba de la presencia de Al Qaeda sobre el territorio. Aunque la oposición asegura que son obra del régimen, la realidad es que han propiciado reticencias entre la comunidad internacional a intervenir en Siria.

En un principio, los términos del consenso que se intentaba lograr en el seno de Naciones Unidas giraban en torno a la posible salida de Bashar Al Assad y a la cesión del poder a manos de su vicepresidente, algo que no garantizaba la caída del régimen pero sí la del clan familiar que lo ha dirigido durante 42 años con una política hermética paternalista, controladora y voluntariamente…

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