Durante la última década, las entidades financieras han criticado la política monetaria de “tipos cero” impulsada por los principales bancos centrales del mundo. Si el dinero era gratis, la banca perdía su margen de intermediación (diferencia entre el precio al que recibe dinero y al que lo presta), hundiendo así sus beneficios. Sin embargo, los bancos centrales han contestado de forma recurrente que, si bien su política monetaria redujo el margen de intermediación, también generó importantes beneficios a la banca en términos de mejora del negocio. Si la economía crece, el número de operaciones aumenta y, aunque los márgenes unitarios sean inferiores, se pueden compensar con la concesión de más préstamos. Además, el crecimiento económico y del empleo es el mejor antídoto contra la morosidad, el gran riesgo al que se enfrentan las entidades financieras.
En 2022, el aumento de los tipos de interés tiene que resolver esta disyuntiva. Los…