La Unión Europea tiene un plan para estar a la altura en la emergente carrera por la producción de microprocesadores y semiconductores, unos componentes de alto valor en las cadenas de suministro y fundamentales para producir aparatos como teléfonos móviles, ordenadores o vehículos. La Comisión Europea acaba de lanzar su propuesta de movilizar 12.000 millones de euros, entre inversión pública y privada, para competir en capacidad de producción con Estados Unidos, China y otras potencias asiáticas. El objetivo es pasar del 10% de cuota de mercado actual a un 20% en 2030.
Durante estos dos años de pandemia, los consumidores han constatado los costes de la dependencia europea de las cadenas de producción globales. Los retrasos en la entrega de vehículos a costa de la escasez de microchips es quizá el ejemplo de mayor visibilidad. No es el único. La dependencia de China preocupa especialmente; a día de hoy, el…