Las importantes relaciones económico- comerciales son el primer motivo del porqué de la templada reacción institucional de la Unión Europea ante la intervención rusa en Georgia. Un 40% del aprovisionamiento de gas europeo y más de un tercio de las importaciones de petróleo proceden de Rusia. A este componente estratégico se le añade un abultado intercambio comercial. La UE es el principal cliente y también el primer proveedor de Rusia. Un 53% de las exportaciones rusas se dirigen a la UE donde adquiere un 52% del total de sus compras en el exterior. El porcentaje de estos volúmenes de intercambio de Rusia con la Unión equivalen al de muchos de los propios Estados miembros con el total de la UE (España, por ejemplo, adquiere el 56% de sus importaciones en la UE).
Una integración económica cada vez más intensa. La compañía francesa Total, la alemana BASF y la holandesa Gasunie participan en la explotación de los yacimientos de petróleo ruso y en la construcción del gasoducto Northstream, mientras la italiana ENI interviene en el desarrollo del proyecto Southstream. Repsol intenta diversificar sus exploraciones concentradas en América Latina y aventurarse en las nuevas y prometedoras reservas de Siberia. FCC ha sido calificada para la construcción de un tramo de la autopista Moscú-San Petersburgo y el banco Santander se interesa por el sistema financiero ruso.
Las multinacionales europeas del sector de hidrocarburos formulan sus estrategias contando con que el 12% de las exportaciones mundiales de petróleo proceden de Rusia (datos de 2006); sólo Arabia Saudí tiene una cuota superior, un 16%. Las reservas de gas rusas representan el 28% de las reservas mundiales y lidera la exportación de gas con un 20% del total. De cada cuatro toneladas de petróleo extraídas en su subsuelo Rusia exporta tres, mientras dedica dos…