POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 163

Rusia, China y Occidente

Ideología, economía y estrategia sostienen el vínculo actual entre Moscú y Pekín. Con el sello personal de Xi Jinping y Vladimir Putin, lo que se presenta como una cooperación mutuamente beneficiosa debe hacer frente a los límites que impone la rivalidad pasada… y futura.
Stephen Blank
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Al parecer, ha nacido una alianza ruso-china antiestadounidense y antioccidental para consumar un ataque contra cualquier manifestación de liberalismo y democracia. Como el presidente chino Xi Jinping dijo a su homólogo ruso, Vladimir Putin, “cualesquiera que sean los cambios que se produzcan en la escena mundial, consideraremos la consolidación de nuestra cooperación un aspecto prioritario de nuestra política exterior, reforzaremos la confianza política mutua y ampliaremos la cooperación en beneficio de ambas partes en todas las áreas”. Numerosas declaraciones oficiales de alto nivel en ambos países, pero sobre todo en Rusia, confirman este hecho. Sin embargo, la rivalidad entre Rusia, China y Occidente no es solo geoestratégica y geoeconómica, ya que ambos Estados están erigiendo bloques económicos en torno a cada uno de ellos, sino también ideológica.

Como hizo en la época zarista, Rusia se presenta a sí misma –con bastante hipocresía teniendo en cuenta su sistema penitenciario, su despotismo autocrático y el hecho de que el laicismo esté tan generalizado como en Europa– como una sociedad absolutamente cristiana, defensora de los valores religiosos frente a una Europa decadente y debilitada. Asimismo, los gobiernos de Pekín y Moscú están desplegando en paralelo el denominado “poder blando” y el modelo autoritario a medida que la fe en la democracia liberal pierde fuerza. Esta rivalidad combinada geoestratégica, económica e ideológica con Occidente evoca un resurgir de antiguas prácticas e ideas de la historia rusa y china. No obstante, la actualización deliberada de procedimientos del pasado, es al mismo tiempo, un indicio de los límites de la alianza.

Esta invocación de los precedentes históricos se da en muchos de los principios estratégicos e ideológicos que impulsan las políticas de Rusia y de China. Un denominador común de la política exterior de ambos países es su desprecio compartido por la soberanía formal y la…

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