Las ciencias sociales son el instrumento con el que las sociedades se entienden a sí mismas: por qué se cohesionan o disgregan, por qué algunas crecen y otras menguan, o de qué manera las grandes fuerzas estructurales explican hechos aparentemente particulares de nuestra biografía. La ciencia social observa, pero también influye en la acción, y después aprende de esas acciones.
Partiendo de esta concepción de las ciencias sociales como autoconocimiento colectivo, los nuevos enfoques relacionados con toda clase de inteligencia pueden ayudar a revitalizarla. Este artículo empieza por los datos y la ciencia social computacional para después pasar a investigación y desarrollo social (I+D), así como la experimentación. Aborda las nuevas posibilidades de las universidades para enlazar con la práctica: parques científicos sociales, aceleradoras vinculadas a objetivos sociales, métodos basados en retos y laboratorios de toda clase. El objetivo es entender de qué modo las ciencias sociales pueden involucrarse en el campo del diseño inteligente.
Ciencia social computacional basada en datos
La computación basada en datos abre nuevas posibilidades a los especialistas en ciencias sociales. Todos hemos oído hablar de la explosión de nuevas modalidades de observación de fenómenos sociales, relacionadas con los cambios en la manera de formular y responder a preguntas. Cada uno de nosotros deja un rastro de con quién habla, qué come y dónde va. Es más fácil que nunca sondear a la gente, identificar patrones, escrutar la Red, recoger datos de sensores e interpretar estados de ánimo a partir de expresiones faciales. También lo es recopilar percepciones y emociones igual que se recogen hechos concretos, mediante el análisis de sentimientos en los debates públicos sobre asuntos como el Brexit, por ejemplo. Es más fácil que nunca que las empresas pongan en práctica la ciencia social, ya sea las compañías inversoras en sus análisis de…