Más allá del gesto diplomático, eligiendo Madrid como sede de la XXX Cumbre de la OTAN cuando se cumplen 40 años del ingreso de España en la organización, la reunión que celebran los 30 aliados el 29 y 30 de junio tiene todos los componentes para ser considerada histórica o, en palabras del secretario general, Jens Stoltenberg, “transformadora”.
Por un lado, se celebra bajo el impacto de la invasión rusa de Ucrania, hecho que supone un cambio radical en el escenario de seguridad no solo europeo, sino también mundial. Cuando todos los ojos estaban puestos en la región del Indo-Pacífico, con China como referente principal por su abierto desafío a la hegemonía estadounidense, la decisión de Vladímir Putin ha obligado a volver la vista al escenario europeo, con una Rusia que pretende asegurarse a través de las armas una zona de influencia propia en el continente europeo, con claras…