El Estado egipcio es sólido y hereda su legitimidad constitucional de la revolución de julio de 1952. Esa legitimidad, que se apoya en un amplio consenso popular, es la fuente de la estabilidad que ha permitido al pueblo egipcio hacer frente a tan numerosos desafíos internos y externos durante las últimas décadas, de modo particular, a los repetidos atentados terroristas.
POLÍTICA EXTERIOR > NÚMERO 69
Religión y política en Egipto
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