Al concluir la lectura del fascinante libro escrito por Philip Stephens, Britain Alone, sobre el papel internacional de Reino Unido, uno no puede menos que concluir con cierta pesadumbre que su subtítulo, The Path from Suez to Brexit, no dibuja un camino lineal en el tiempo, sino circular. Porque ese trayecto transitado por los sucesivos gobiernos británicos, que tan magistralmente describe y analiza Stephens en un relato ágil y en muchas ocasiones demoledor, se va curvando según la lectura avanza. De esta manera, al final del texto, el lector siente haber observado a Reino Unido completar un círculo que le deja otra vez ante la realidad que el secretario de Estado estadounidense Dean Acheson caracterizara en 1962, en un discurso en la Academia Militar de West Point, con la frase: “Gran Bretaña ha perdido un Imperio, pero todavía no ha encontrado un papel”.
Britain Alone: The Path from Suez to Brexit
Philip Stephens
Bernes & Noble, 2021
Si la crisis de Suez (1956) puso a Reino Unido ante el espejo de la pérdida de su condición de potencia global, el Brexit lo ha devuelto a un Estado fundacional en lo relativo a su política exterior, y existencial en cuanto a la búsqueda de una nueva identidad. De Suez al Brexit y vuelta a empezar, podríamos concluir tras ver cómo el país, por efecto de su salida de la Unión Europea, ha dilapidado una posición internacional sumamente exitosa lograda con mucho esfuerzo y pragmatismo en las seis décadas posteriores a la debacle de Suez. Cierto que, retrospectivamente, se puede y se debe matizar el relato épico con el que políticos, diplomáticos y estudiosos adornaban los logros de la política exterior británica pos-Suez. Pero tampoco se puede ignorar que el resultado de esos esfuerzos diplomáticos fue dejar a…