¿Quién se acuerda de Afganistán un año después de que los talibanes tomaran el poder en Kabul el pasado 15 de agosto? Su desaparición de la agenda mediática y política no es solo consecuencia de la visión cortoplacista habitual en nuestros días y de la fijación generalizada en la guerra en Ucrania. También del interés de algunos actores, con Estados Unidos en cabeza, por olvidar lo que allí ocurre, como si no fuera necesario asumir las consecuencias de tantos errores cometidos. Como si todo hubiera vuelto a la normalidad.
Evidentemente, la realidad es muy distinta en el de nuevo nombrado Emirato Islámico de Afganistán. Es cierto que el régimen talibán no ha logrado el reconocimiento por parte de ningún miembro de la comunidad internacional, ni siquiera de Pakistán; tampoco Naciones Unidas ha aceptado a su representante. También lo es que son muchos los fondos afganos que siguen congelados en diversos…