Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), de los 250 millones de personas que viven fuera de sus países en todo el mundo, unos 26 millones son refugiados y otros 40 millones desplazados internos por la violencia, el hambre y la inestabilidad política. El 85% de los refugiados –en su mayor parte originarios de Afganistán, Siria, Sudán del Sur, Myanmar y Somalia– y casi la mitad de los desplazados se concentran en una decena de países de ingresos bajos o medios que carecen de servicios sanitarios adecuados, incluso para sus propios ciudadanos, lo que ha hecho más precaria la situación.
El International Rescue Committee ha advertido de que 3,2 millones de personas podrían morir por la pandemia del SARS-CoV-2 en 34 países con conflictos internos si no se adoptan a tiempo medidas preventivas. Xavier Creach, coordinador regional de Acnur para el Sahel, estima que en los países de la zona unos 19,1 millones de personas van a sufrir inseguridad alimentaria este año, por las restricciones en el suministro de las ayudas humanitarias internacionales que ha provocado la pandemia. Solo en África hay unos 17,7 millones de desplazados y 6,3 millones de refugiados.
Hacia el 31…