Los países de la Unión Europea no están actuando según los tratados internacionales y europeos, ni en coherencia con los valores fundacionales de la Unión de solidaridad y respeto de los derechos humanos. La consecución de un sistema europeo común de asilo parece inalcanzable.
En la actualidad más de 60 millones de personas viven lejos de sus hogares a causa de la persecución, la violencia y la vulneración de los derechos humanos. Asistimos al mayor éxodo de personas refugiadas desde la Segunda Guerra mundial.
La principal causa de este alarmante aumento es la intensificación de los conflictos y la persecución mundial, siendo Oriente Próximo junto con el norte de África las regiones con mayor inestabilidad y desplazamiento forzado. Sin embargo, no nos encontramos ante una situación de emergencia puntual, por lo que se deben poner en marcha soluciones duraderas y sostenibles para las personas que buscan protección internacional. Al mismo tiempo, es necesario abordar las causas que provocan los desplazamientos forzados.
Según datos de Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), más de la mitad de las personas refugiadas en el mundo procede de tres países: Siria, Afganistán y Somalia. A pesar de que muchas veces se presente esta cuestión como un “asunto europeo”, Europa no es ni mucho menos el principal destino de las personas refugiadas. El 86% son acogidas en los países más empobrecidos. Los principales países de acogida son Turquía, Pakistán, Líbano, Irán, Etiopía y Jordania.
Siria es el primer país de origen de las personas refugiadas en el mundo. El conflicto que dura ya casi cinco años, ha originado más de cuatro millones de refugiados y seis millones y medio de desplazados internos. En 2014, lejos de acercarse a su fin, la guerra civil se recrudeció y organizaciones internacionales denunciaron desde el terreno…