El 9 de noviembre de 1989 dio comienzo una nueva e inesperada etapa en las relaciones entre las dos Alemanias. En la del Este, la llamada República Democrática Alemana (RDA), una irresistible oleada popular, precedida por una huida masiva de alemanes orientales hacia la República Federal de Alemania (RFA), ha derrumbado el régimen comunista y ha conseguido que se ponga en marcha el proceso de establecer un nuevo orden político con una democracia pluralista y un Estado de Derecho; ha caído, simbólicamente, el muro de Berlín y se ha abierto la frontera con la República Federal; el sistema económico germano-oriental de planificación estatal será liberalizado, si no disuelto por completo. Ambos Gobiernos pretenden estrechar lazos en numerosos campos, entre ellos los económicos, comerciales y financieros. La integración entre las dos economías parece haberse convertido de repente en una posibilidad real, independientemente de si la “cuestión alemana”, la reunificación política, queda resuelta.
Es buen momento, pues, para abordar algunos de los aspectos fundamentales relacionados con el eventual acercamiento de las dos economías. Lo más oportuno sería, desde luego, realizar un análisis comparativo con el fin de detallar posibles escenarios de integración. Este análisis aquí no se hará por falta de espacio, pero sobre todo porque la información empírica sobre la economía germano-oriental es todavía insuficiente y poco fiable. Las cuentas nacionales de la economía, la balanza de pagos, los presupuestos generales del Estado y las estadísticas sobre la inversión, la producción, el empleo y el comercio exterior, para mencionar sólo unos ejemplos, o no se publican, o se publican sólo parcialmente. Lo que se publica no se presta a una fácil interpretación debido, por un lado, a que la metodología estadística descansa en los conceptos de la teoría económica marxista y, por otro lado, a que las autoridades siempre han manipulado…