POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 196

Ilustración de Raquel Marín.

Recuperar América Latina

América Latina se encuentra en una auténtica encrucijada sanitaria, social, democrática y económica, sin mecanismos financieros ni multilaterales para abordar de forma coordinada el inmediato futuro pos-Covid.
Carta a los lectores: Áurea Moltó
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El número de contagiados y muertos por Covid-19 al cierre de este número de POLÍTICA EXTERIOR es de 10.173.772 y 502.589, respectivamente. Cuando cerramos el número anterior, hace dos meses, el mundo registraba 2.411.553 infectados y 180.784 muertos. No hemos superado la pandemia. Al ampliar el foco a los más de 7.000 millones de habitantes del planeta, la gravedad del nuevo coronavirus parece relativa, también si su letalidad se compara con otros virus como el ébola. Sin embargo, nunca antes una pandemia afectó en tan poco tiempo a tantos países de la forma que lo está haciendo el SARS-CoV-2.

Aunque la respuesta ha sido heterogénea, todos los países han recurrido al confinamiento de la población, que ha derivado en el congelamiento, más o menos largo, de sus economías. El impacto global es inmenso pero irregular entre regiones y en cada país, con una severidad mucho mayor entre los grupos sociales desfavorecidos; aquellos con empleos precarios, trabajadores de la economía informal, Estados con sistemas sanitarios y de protección social débiles, y sin capacidad fiscal para lanzar políticas de apoyo.

El contexto internacional previo a la pandemia –proteccionismo, enfretamiento China-Estados Unidos, división en la Unión Europea– y la situación interna de los países antes de la llegada del virus determinarán la salida de esta crisis –la primera gran crisis de la globalización– tanto como la específica gravedad de la pandemia en cada caso. Todo ello hace que América Latina sea objeto de gran preocupación.

España y la UE han abierto una reflexión con los latinoamericanos sobre cómo abordar problemas enquistados –entre ellos, Venezuela y su repercusión en el bloqueo de los mecanismos de cooperación regional– que no solo comprometen el desarrollo de la última década, sino que amenazan con una regresión en todos los órdenes. El bloque central de este número de POLÍTICA EXTERIOR está dedicado a esa auténtica encrucijada sanitaria, social, democrática y económica en una región fracturada, que no cuenta hoy con mecanismos financieros ni multilaterales para abordar de forma coordinada el inmediato futuro pos-Covid. ●

Áurea Moltó
Directora