La reforma del sistema financiero, de las administraciones públicas, la tributaria, la del sistema de pensiones y la propia del mercado de trabajo; deben tener como horizonte principal favorecer la creación de empleo y la mejora de la productividad.
Remontémonos en el tiempo. Apenas 18 meses. Estamos en diciembre de 2013 ante un repleto auditorio del ayuntamiento de Madrid. Preside el acto el presidente del Congreso y actúa como anfitriona la entonces alcaldesa. Se presenta un libro sobre emprendedores, esa figura emergente que con la crisis ha pasado a contar con el más amplio respaldo social. En las primeras filas puede verse a altos representantes del gobierno junto a exministros y una amplia representación de líderes parlamentarios y sociales. Ejerce de maestro de ceremonias un veterano y conocido periodista, exdirector de uno de los grandes periódicos españoles. La capacidad para inducir respuestas con sus preguntas forma parte de sus reconocidas habilidades. Tras unas primeras preguntas mediante las que el hábil comunicador había preparado al auditorio, solicitando respuestas a mano alzada que invitaban a que incluso los más tímidos participasen en la votación, en el momento estelar del acto, llegó la pregunta clave: “¿Cuántos de ustedes creen que se ha iniciado, al menos, una tímida recuperación económica?”. Silencio. Unas pocas manos se atrevieron lentamente a alzarse. Claramente inesperada a pesar de su poca ambición, la escasa y lenta respuesta apenas concedió tiempo al comunicador para improvisar una interpretación. Después del 80 por cien a favor de anteriores preguntas, estimó: “Bueno,… un 30 por cien” dijo, casi preguntando.
Un murmullo de disconformidad recorrió entonces la sala. “¿Quizá un 28?”. La respuesta del público fue una carcajada. Así ayudó al comunicador a salir del trance el inteligente auditorio, que a pesar de haber sido previamente inducido y de encontrarse la sala repleta de…