Desde el final de la guerra fría los países desarrollados, históricamente los líderes militares del planeta, sufren un declive relativo frente a las grandes economías en desarrollo. Este basculamiento político y económico continuará dando forma al incierto paisaje estratégico.

En el arte de la estrategia, en defensa como en otros ámbitos, es obligado saber qué posibles escenarios pueden darse en el futuro para tomar decisiones informadas en el presente. El cambio, la volatilidad y la incertidumbre –factores que seguirán probablemente aumentando en los años venideros– plantean un perenne desafío para el estratega en defensa. Formular estrategias en estas condiciones supone un reto para los responsables de planificación, en el sector público y en el privado.

Para salir airosos, los responsables de ambos sectores deberán mirar más allá de los titulares del día y plantear preguntas apropiadas acerca de qué factores afectarán a sus organizaciones en el futuro. Esto hace necesario tomar en consideración las tendencias subyacentes, que son las que pueden redibujar el paisaje estratégico en los próximos años.

En este artículo queremos ofrecer nuestro punto de vista sobre cómo los estrategas de las organizaciones y empresas de defensa y del sector aero­espacial deberían acometer este desafío. En primer lugar, describimos cómo el profundo basculamiento…