POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 27

¿Qué poder para Rusia?

Si la situación económica de Rusia es catastrófica, Popov cree que la convicción de Gorbachov sobre la necesidad de modificar la estructura política comunista es más de lo mismo.
Gavriil Popov
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Rusia se encuentra en la actualidad en una situación económica  catastrófica. Las viejas infraestructuras están prácticamente  destruidas, mientras la economía de mercado tarda en instaurarse por falta de apoyo popular, de empresarios, de legislación que proteja a las inversiones y de fuerzas del orden que protejan a los inversores.  

Ante la magnitud del problema, algunos analistas se preguntan si no  era preferible el modelo chino a la vía elegida por Mijail Gorbachov. Por  mi parte, estoy firmemente convencido de que la actual política de los  dirigentes chinos tal vez hubiera podido convenirle a la URSS… en tiempos de Jruschov. Porque el Gobierno chino se dirige a unos campesinos que  aún conservan el recuerdo y el hábito del trabajo individual y que no han  pasado más que relativamente poco tiempo en las comunas cooperativas.  En 1956, después del XX Congreso del PCUS, en plena oleada de desestalinización, Jruschov hubiera podido emprender un regreso a la agricultura  de granjas apoyándose en aquellos campesinos que aún sabían cómo dirigir sus propias explotaciones. Además, todavía quedaban antiguos pequeños propietarios y comerciantes de la época de la Nueva Política Económica (NPE). Por consiguiente, Jruschov habría podido desarrollar el tejido  económico del país bajo la tutela del poder comunista.  

En 1985, cuando Mijail Gorbachov accedió al cargo de secretario  general, la situación era radicalmente diferente. Le era imposible apoyarse, dentro del país, en personas que hubieran conocido el antiguo  régimen: eran demasiado ancianas y demasiado escasas, salvo en las  regiones que fueron anexionadas a raíz de la Segunda Guerra Mundial.  Era difícil pensar que personas nacidas y educadas bajo un régimen  totalitario que existía desde hacía más de tres generaciones fueran  capaces de adaptarse a unas reglas económicas fundamentalmente  nuevas, sin una liberalización política previa. Setenta años de comunismo han dejado profundas huellas en el espíritu…

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