POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 199

QUAD: geografía y democracia

El ‘problema chino’ está en el corazón de la cooperación militar entre Australia, India, Japón y EEUU en el Indo-Pacífico. La pretendida ‘OTAN asiática’ choca con la realidad de una región plural donde la democracia es débil.
Mauro Bonavita
 | 

A principios de noviembre de 2020, mientras gran parte del mundo vivía un segundo confinamiento para contener la pandemia del Covid-19, el golfo de Bengala fue escenario de un acontecimiento geopolítico infrecuente. En las maniobras navales anuales –denominadas Malabar–, a India, Estados Unidos y Japón se sumó, por primera vez desde 2007, Australia. Su regreso no era causal ni improvisado. Al contrario, era una afirmación por parte de las cuatro potencias regionales de que su compromiso con unos mares abiertos y seguros no es solo retórico, sino que se lleva a cabo de manera coordinada, y por la vía militar si fuese necesario. El destinatario del mensaje era la República Popular China, cuyas crecientes reivindicaciones en el mar del sur de China, en disputa con varios países asiáticos, se ven como una amenaza por los cuatro participantes de las maniobras navales. En la reunión posterior del Diálogo Cuatripartito de Seguridad (QUAD, por sus siglas en inglés), los miembros plantearon sus perspectivas estratégicas, políticas y militares para el futuro inmediato.

Junto con la pandemia del Covid-19, el otro protagonista de 2020 ha sido la región del Indo-Pacífico. Durante la presidencia de Donald Trump se produjo una creciente competición entre EEUU y China tanto a nivel mundial como regional. El enfrentamiento, presentado al principio como una guerra comercial con barreras arancelarias recíprocas, es en realidad una competición sistémica por la influencia y el poder. Para muchos observadores, es una nueva versión de la guerra fría, esta vez a través de los medios de la globalización.

En Asia, tanto los aliados de EEUU como los no alineados esperaban a las elecciones de noviembre para saber quién ocuparía la Casa Blanca durante los próximos cuatro años, y qué consecuencias tendría en el Indo-Pacífico un nuevo equilibrio de poder con China. La verdadera cuestión no…

PARA LEER EL ARTÍCULO COMPLETO