Las armas de destrucción masiva han adquirido un protagonismo mayor incluso que durante la guerra fría. La posesión, fabricación y la posibilidad de su utilización son los fundamentos de la Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) de Bush. A punto de cumplirse el primer año de su lanzamiento, la ESN aún carece de una articulación clara y está llamada a crear más inseguridad.